Continúa la violencia obstétrica

Una cara de la violencia que en gran parte de las ocasiones no es denunciada, es la violencia obstétrica, definida como algún tipo de abuso que sufre una mujer durante su embarazo o al momento de dar a luz.

Este tipo de abuso puede manifestarse con agresiones físicas y verbales, omisiones de cuidados y negligencia médica.

Expertos en la psicología de la Comarca Lagunera, expresan que la atención deficiente que reciben las mujeres en la atención de embarazo y parto tristemente ha cobrado la vida de mujeres y bebés, por lo que se considera necesario que las víctimas hagan visible este mal.

"Poder hablar de ello con las personas que están para nosotras Buscar apoyo incluso terapéutico y existen instancias que a las que se puede recurrir por ejemplo para analizar algún tipo de violencia que haya dejado algún daño en la vida de las mujeres Entonces eso se puede hacer realmente, pocas mujeres recurren a esto, se puede mirar el apoyo de la comisión de Derechos Humanos que en este caso es como la instancia que se encarga de supervisar estos casos idea certamen las recomendaciones", expresó Abril Márquez, psicóloga.

Datos de la asociación Sí Hay Mujeres en Durango, señalan que durante el 2016 se presentaron 12 quejas, destacando el caso de una mujer que parió en la camilla de un hospital.

Además, se ha dado a conocer que en la zona rural no se realizan denuncias de parte de las féminas por este tema, ya que existe la cultura de que el parir a los hijos tiene que ser con dolor, por lo que al recibir alguna palabra o maltrato no se toma como un abuso por las mujeres.

Además, la violencia obstétrica podría considerarse como un delito invisible, según lo mencionó la organización, ya que no es denunciado por el género femenino ya sea porque no se tiene conocimiento sobre el tema o porque pasa desapercibido por este sector.

Algunas señales de que una mujer está padeciendo de una violencia obstétrica son la no atención oportuna y eficaz al momento que va a dar a luz; el que se le obligue a parir en posiciones anormales.

También, alterar el proceso natural del parto o practicar este por vía cesárea cuando existen las condiciones óptimas para que se realice de manera natural; así como la utilización de un lenguaje inapropiado y grosero, con tintes de discriminación.