Diana Bracho cierra un ciclo

Diana Bracho no olvidará a ‘Blanca Gómez’, esa panadera artesanal a la que le tocó interpretar en ‘Mi marido tiene familia’ y que llegó a convertirse en un símbolo de esperanza dentro de la telenovela que hoy llega a su fin.

A las 17:30 horas comenzará la transmisión del último capítulo de la producción de Juan Osorio por Las Estrellas. La actriz de ascendencia duranguense tomó una llamada con El Siglo de Durango para invitar a los lectores a no perderse el final de un proyecto que, desde su punto de vista, fue maravilloso y de calidad.

“Puedo escribir cientos de páginas con todo lo que me dejó, es una telenovela que me dejó muchísimo en muchos niveles. Primero trabajar con una magnífica producción, con un equipo técnico insuperable, con actores maravillosos, todo lo que nos rodeó era propicio para que fuera una historia y telenovela maravillosa”, detalló.

CARIÑO INEVITABLE

‘Blanca’ era la esposa de ‘Eugenio’ (Rafael Inclán), una mujer que durante 34 años cargó con dolor en su corazón luego de que perdiera a su hijo Juan Pablo (Daniel Arenas) cuando era apenas un niño. Dedicó gran parte de su vida a buscarlo y a pesar de que eso le trajo conflictos familiares, no perdió la esperanza y el destino se puso a su favor. El inevitable reencuentro sucedió, aunque de la forma más extraña. Con el conmovedor trasfondo, Diana quedó enamorada.

“En lo personal el personaje me llenó de amor, de muchísimas cosas, me movió muchísimo, me tocó el corazón todos los días en escena al ser esa mujer que se atreve a convertirse en una mujer plena, sin pleitos ni gritos, sin pistolas ni violencia... era un símbolo de esperanza porque es una mujer como millones que se entregan a su familia, se entrega con todo el amor y generosidad... me encanta decir que toca los corazones de muchas mujeres porque me han comentado que van a extrañar la novela, no quieren que ‘Blanca’ se vaya”, agregó.

CRECIMIENTO PROFESIONAL

Interpretarlo también fue enriquecedor profesionalmente, pues la “obligó a explorar diferentes géneros” como el melodrama y a aprender a pasar del drama a lo cómico “sin caer en la payasada”. Este crecimiento estuvo ligado a la entrega que tuvo hacia su trabajo para convertir al personaje en “alguien entrañable para el público”.

Es por eso que invita a los duranguenses a no perderse el final que, aunque decidió mantener la sorpresa, dijo que será lindo y que cerrará muchos ciclos.

“Espero que todos nos acompañen a las 5:30 por Las Estrellas, no se los voy a contar porque tienen que verlo, pero es muy lindo, se cierran muchos círculos, pero muy orgánicamente, nada está tratado de forma radical, los personajes han ido creciendo orgánicamente... vamos a ver el triunfo del amor, de la familia, de todos los personajes, su crecimiento y esperamos que por favor nos acompañen en familia.

“Saludos a Durango, mi familia es de Durango, hace poco estuve en el Festival de Cine y estuve muy feliz porque te tratan como en familia, un abrazo con mucho cariño a todos, especialmente al público que nos vio”, se despidió.