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La culpa es de todos, la solución también

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La culpa es de todos, la solución también

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JESÚS MENA VÁZQUEZ

En los días que siguieron a la noticia de la muerte de la niña de trece años Rosa Flores, oriunda de la zona indígena del estado, se han ventilado las declaraciones de distintos actores políticos y sociales sobre lo sucedido.

Los funcionarios de gobierno quieren tapar el pozo después de que se ahogó el niño y prometen elaborar diagnósticos sobre el estado de salud de las niñas y los niños de la región de Mezquital, municipio que lamentablemente concentra a la mayoría de la población en extrema pobreza en el estado.

Voces de la sociedad civil mencionan que las decisiones que se toman en los hogares de esa zona indígena son las causantes de que las niñas vivan en condiciones de desnutrición, al participar de los alimentos después que los otros miembros de la familia.

Así, los habitantes en pobreza de la zona indígena del estado se encuentran en el peor de los mundos. Por un lado tienen gobiernos que no hacen su trabajo; es lamentable que ninguno de los tres niveles de gobierno pudiera diagnosticar los problemas de salud de una niña de trece años que seguramente padecía desnutrición desde que nació. Por otro lado, se acusa que las familias son víctimas de su propia ignorancia, ya que con sus usos y costumbres aseguran la desnutrición de sus niñas y niños, con todas las consecuencias negativas que eso conlleva.

Con gobiernos ineficientes y con decisiones intrafamiliares que aseguran la transmisión intergeneracional de la pobreza, parecería que las niñas y niños de la zona indígena no tienen oportunidad de escapar de su condición, aún cuando las políticas públicas destinadas a las niñas y niños en condiciones de pobreza son las que tienen un mayor rendimiento social ya que tienen impacto durante toda su vida adulta.

Sin recursos financieros para invertir, sin conocimientos que puedan generar ingresos y sin redes de protección social en caso de una crisis en el hogar, como puede ser una enfermedad o una catástrofe natural, los habitantes de las zonas indígenas del estado no tienen oportunidad de enfrentar con éxito las condiciones de pobreza y desigualdad que enfrentan. Es necesario que gobierno y sociedad puedan generar los esquemas de apoyo a estas familias para que puedan tener mayores niveles de bienestar.

Desde la perspectiva gubernamental es necesario implementar políticas públicas en los tres niveles de gobierno para que atiendan de manera diferenciada a los distintos tipos de población en condiciones de pobreza. Lamentablemente la población indígena es la que tiene los mayores índices de pobreza extrema y serían los primeros en tener políticas públicas con intervención al nivel del hogar, considerando sus condiciones particulares.

Desde el ámbito de la sociedad civil organizada, empresarios y activistas sociales tendrían que imaginar esquemas productivos en los cuales se pueda incorporar a este segmento de la sociedad; apoyarlos para generar riqueza y que ésta se distribuya en sus propias comunidades.

La muerte de una niña de trece años por desnutrición ha puesto en evidencia la triste realidad que viven las familias indígenas en condiciones de pobreza. Realmente espero que como consecuencia de esta tragedia sea posible construir un mejor destino para todos las niñas y niños de la zona indígena de nuestro estado.

Twitter: @jesusmenav

Escrito en: Vida pública niñas, condiciones, indígena, pobreza

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