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Crónica Lerdense

Inicio de la construcción de la carretera Interoceánica por Lerdo

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EL SIGLO DE DURANGO

El municipio de Lerdo pasaba en 1930 por una crisis económica, después de haber sufrido la división de su territorio en 1905 y en 1910 por la Revolución mexicana, que dio como resultado la disminución de sus ingresos y al poco interés que le habían puesto gobernadores en sus distintos períodos de administración. Esta problemática había llegado al grado que desapareciera el Municipio y se dividiera en varias fracciones y su cabecera anexada a Gómez Palacio. Por lo que el Gobernador provisional del Estado de Durango en ese entonces José Ramón Valdés, formó un Comité presidido por el señor Pedro Torres y otras personalidades para que trabajara por el embellecimiento de la Ciudad. A través de esta iniciativa la ciudadanía tuvo el interés de realizar obras materiales y cooperando para los gastos de las obras de drenaje y agua entubada, acción en pro del progreso, a esto se agregó a ello el clima saludable de la Ciudad que se prestaba como incentivo para aumentar su importancia residencial, asimismo, fue el hermosamiento de algunas calles céntricas debido que la carretera Interoceánica atravesaría la zona urbana por la calle Matamoros, por lo que los propietarios de casas procuraron acondicionar mejor las fachadas de su casa y las banquetas. En ese tiempo Lerdo, tenía una población de 17,974 habitantes, compuesto por 8 954 hombres y 9,020 mujeres.

Desde hacía tiempo los caminos vecinales en el municipio de Lerdo se habían estado construyendo para beneficio de los habitantes de las comunidades del margen derecho e izquierdo del río Nazas, para que éstos tuvieran un medio de comunicación con la cabecera. Desde marzo de 1929 el General Juan Gualberto Amaya en esa época Gobernador del Estado había estado interesado en realizar importantes gestiones para abrir más caminos, para lo cual invitó al Auto Club para que se pusieran de acuerdo con los alcaldes de Gómez Palacio y Lerdo para iniciar la construcción de carreteras. Y en 1930 el Alcalde José García Gutiérrez, impulsó las carreteras durante su período administrativo, con el apoyo del Gobernador del Estado de Durango Terrones Benítez, quien consideró que con los trabajos de los caminos darían más valor agregado al Estado de Durango, para lo cual se había creado un decreto para el funcionamiento de las Juntas de Caminos de Lerdo y Gómez Palacio.

Y así fue como el Auto Club de La Laguna presentó a los ediles un contrato para las vías que unirían a las dos poblaciones con San Pedro, Coahuila, obra de tanta trascendencia que eran indispensables para la vida de La Laguna. Para febrero de 1930 todo se encontraba listo para dar principio a los trabajos del camino, obras que se iniciaron en el Cañón de San Isidro, donde se uniría a la Ciudad con León Guzmán, El Rayo, La Goma, La Loma y otros ranchos y haciendas del municipio. Para eso se habían recibido por parte de las autoridades de trescientos kilos explosivos de dinamita como una contribución que hizo la compañía de Explosivos Dinamita, material que se utilizó en la barrenación del cerro, así como los implementos indispensables para esta clase de trabajos, que por cierto no faltó la cooperación que prestaron los campesinos en los distintos tramos de camino que se han construido. El Edil lerdense había pedido la cooperación a algunos hombres de negocio de Torreón.

Mientras las obras de la brecha para la carretera habían avanzado doscientos cuarenta metros lineales del cerro que estaba sobre el camino por el lado de Raymundo a El Rayo, (cerro cerca mi sueño) por donde se proyectó el trazó de la carretera. En esas maniobras se encontraban catorce barreteros que se encargaron de dinamitar la parte del cerro que quedaba pegado al lecho del río Nazas, con objeto de dejar expedito el camino y acondicionarlo. Se estimaban que el peligroso paso al poniente de Raymundo quedaría ampliado antes de quince días, donde se gastarían arriba de seiscientos kilos de dinamita, que eran indispensables para proseguir los trabajos de la carretera de Lerdo. Se esperaba unir a la Hacienda el Refugio propiedad del señor Carlos Arriaga cuyo camino carretero atravesaría sus terrenos.

La Carretera a Raymundo a Lerdo se había proyectado durante una visita que hicieron al balneario un grupo de conocidos hombres de negocios y autoridades, acordando hacer gestiones para arreglar la carretera desde Lerdo a Raymundo con objeto de que los paseos dominicales aumentaran el número de turistas. Dándose principio las obras desde marzo de 1930 con los formales trabajos de la importante vía, empezando por atender el peligroso tramo del cerro cerca del balneario "Raymundo", para el cual se tenía la cooperación de los agricultores y los servicios de los campesinos que desinteresadamente se habían prestado a cooperar con sus esfuerzos en favor del proyecto.

A efecto de que esta carretera resulte menos costosa se aprovechó la "Emilio Carranza", donde sólo se hicieron trabajos de poca importancia que continuarían a Raymundo para después ir a El Rayo, Seis de Enero, León Guzmán, La Goma, La Loma y el Refugio. Por otra parte, en abril de 1930 el Gobernador estuvo en Raymundo, dándose cuenta de los progresos obtenidos en el difícil tramo de cerro entre ese balneario y Seis de Enero, quien externó las gracias a la Cía. de Explosivos que envió trescientos kilos de dinamita. Se tenía la inteligencia que hombres de empresa y en una palabra los laguneros, prestarían su ayuda dentro sus posibilidades con tal de que ese nuevo camino permitiría a las familias de Torreón y Gómez Palacio disfrutar de días de campo y visitar el balneario Raymundo y otras haciendas, más cómodamente.

Asimismo, se hicieron gestiones para la construcción de los puentes por donde pasaría la carretera, uno de ellos fue el del tajo de Tlahualilo, del cual se había conseguido con esa Compañía para que a los que le pertenecen los arreglara de acuerdo con el tamaño y condiciones que requerían los expertos, obteniéndose también el mismo ofrecimiento de otros propietarios. Precisamente para que todo fuera en orden se emitió un decreto de la manera de cómo funcionarían las Juntas de Caminos de Lerdo y Gómez Palacio, estipulándose la conformidad con los arreglos tenidos y obrando de acuerdo con la Ley local de Carreteras y su reglamento y con los decretos números 73 y 78 que creaban los impuestos para la construcción de la carretera Durango Torreón y Gómez Palacio y Sacramento.

Quedaron así establecidas las políticas en el reglamento, como: en la que ambas caminarían unidas en todo lo relativo a construcción dentro de los municipios de Lerdo y Gómez Palacio; esta unificación se haría extensiva a todos los trámites referentes a la intervención que tienen legalmente en las obras de construcción. Por tal motivo las Juntas quedarían con un solo presidente, los secretarios actuarían sucesivamente uno cada mes, y las órdenes de pago se harían por ambos tesoreros, con el visto bueno del presidente. Asimismo, se especificaba que las Juntas Unidas tuvieran la facultad para obtener adelantos o préstamos con garantía de los impuestos relativos, informando al C. Gobernador para que interviniera en lo que fuera procedente.

Los fondos necesarios los proporcionó La Junta Central de Caminos del diez por ciento adicional (Decreto No. 73) para la construcción de la carretera entre Gómez Palacio, Lerdo y recta que se localice rumbo a la ciudad de Durango. Los fondos procedentes del impuesto especial vigente en los municipios de Lerdo, Gómez Palacio y Mapimí (Decreto No. 78) serían dedicados a la carretera de Gómez Palacio a Sacramento y el Puente sobre el Nazas (inmediación de Estación Loma) por partes iguales. La construcción del puente sobre el Nazas que había iniciado el Automóvil Club quedó sujeto a lo que se acordara con el señor Ministro de Comunicaciones y Obras Públicas General Juan Andreu Almazán.

Continuará.

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