La falacia en la liberación del precio de las gasolinas

En enero de este año y desde finales del 2016 nos estuvieron vendiendo la idea de que los precios de las gasolinas iban a ser competitivos e irían a la baja una vez que se logre su liberación y que este proceso se realizaría durante todo este año pero que sería por etapas, iniciando en marzo con la liberación de precios de estos combustibles en Sonora y Baja California.

Durango ya entró en la tercera etapa prevista para la liberación del precio de la gasolina a finales de octubre y, la verdad, seguimos batallando para llenar el tanque de gasolina y, es más, ya son pocos los que llenan el tanque del carro. Necesitas ser pudiente o bien, trabajar en una empresa que te ofrece un apoyo para la gasolina.

Ahorita quién va a la gasolinera le echa lo que le permita su bolsillo, desde 50 pesos hasta 200 o 300, pero quien le echa 50 pesos sabe que le está echando tres litros y un poquito más, si es de la verde y, si es de la roja, no llega ni a tres litros y, la verdad, con ese volumen de gasolina, ¿qué tanto puede "rendirle" al automóvil? De seguro es solo para acudir a un lugar y regresarse. Una vuelta completa

Así que el haber entrado a la liberación de gasolinas a los duranguenses no nos sirve de nada; sólo es un mero formulismo y para que la federación lo pueda presumir: "en el norte del país el precio de la gasolina está liberado, existe competencia entre los empresarios del ramo", claro que al decirlo así, parece la verdad.

Lo cierto es que en Durango y el norte del país mientras Pemex siga siendo un único distribuidor de gasolina, seguirá imponiendo su precio y hasta ahora no se ve a ninguna otra empresa o grupo empresarial que quiera competirle porque, seamos realistas, no hay un empresario o grupo empresarial lo suficientemente fuerte para competirle a Pemex y su enorme infraestructura a nivel nacional.

Y seamos más realistas todavía. Si algún grupo empresarial se anima, no elegirá a Durango para instalar su infraestructura y competirle a Pemex; hay otros estados y/o ciudades con millones de habitantes que le pueden dejar una mayor ganancia. Si va a invertir para construir grandes almacenes para poder guardar y surtir a las estaciones de gasolina todos los días los va a instalar en ciudades con millones de habitantes y no en una ciudad de 600 mil.

Así que estamos muy lejos, a muchos años de que ese precio de la gasolina en verdad sea liberado en esta ciudad y en este estado, por lo que tenemos que seguir aguantando que Pemex nos imponga sus precios; vamos a seguir renegando cada vez que acudamos a echarle gasolina al auto y esculquemos el bolsillo o exprimamos la tarjeta para ponerle 50 o 100 pesos de gasolina.

Lamentablemente, así son las cosas en este país.