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Las reglas que debes establecer con los cuidadores de nuestros hijos

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PERLA GRACIANO

Como padres de familia, muchas veces es necesario dejar a nuestros hijos al cuidado de otras personas, la mayoría de las veces por cuestiones laborales. El hecho de que otra persona se haga cargo de los niños por algunas horas, no siempre resulta sencillo. La relación con los cuidadores puede tornarse conflictiva, sobre todo si no se establecen límites claros desde un principio.

Para la licenciada Fátima Montserrat Olvera Silva, terapeuta familiar, individual y de pareja, la comunicación va a ser la herramienta principal para basar la relación con el cuidador del bebé, ya que es importante que los padres de familia puedan expresar sus miedos, deseos y sobre todo sus dudas. “De esta forma van a poder construir una relación fiable, pues su hijo va a estar al cuidado de esta persona, pero lo básico es tener una comunicación activa y ser siempre honestos de cómo se sienten, y sobre todo tener una respuesta empática por parte de ese cuidador”.

En cuanto al conocimiento de las conductas y desarrollo del bebé, es importante observar la conducta del niño para estar alerta de cualquier foco rojo que se pueda presentar, y sobre todo recordar que los niños manifiestan sus emociones a través de sus conductas, por lo que no hay situación insignificante que debamos dejar pasar. “Si el bebé está presentando mucha agresividad o su conducta está fuera de lo normal, se debe poner más atención, porque algo quiere expresar, se debe recordar que los bebés no tienen la posibilidad de expresarse verbalmente, ellos expresan sus emociones a través a de su conducta”.

Límites al niño… y al adulto

Una de las mayores preocupaciones como padres de familia es saber cuándo comenzar a poner límites o ponerse exigentes con sus hijos, este paso no debe de darse de forma drástica, o que suceda de un día para otro. Estas son algunas de las etapas y los límites que deben establecerse, de acuerdo con la terapeuta.

Desde el nacimiento hasta los tres años, al bebé se le dificulta comprender si lo que hace está bien o está mal, no obstante, se recomienda establecer normas, cuanto antes mejor.

De 0 a 2 años la disciplina deberá de estar basada en prevención de accidentes, y se pueden expresar las normas sin gritar, de forma tranquila.

De 3 a 4 años se le debe explicar de forma clara las normas que existan, y reforzar lo positivo, antes que lo negativo.

Estos límites deben establecerse en casa, pero también pedir a los cuidadores que los apliquen durante el tiempo en que el niño permanezca con ellos.

La terapeuta recomienda que el cuidador sea una persona profesional, como un educador, en la medida de lo posible, pues les brindan a los niños más herramientas para su aprendizaje y desarrollo.

En el caso de que los cuidadores sean los abuelos o algún otro familiar cercano, es necesario platicar desde un principio con ellos sobre lo que los niños pueden y no pueden hacer durante las horas en que permanezcan a su cuidado, pues tienden a ser más permisivos por los lazos afectivos.

En caso de que los límites ya se hayan rebasado y comiencen a surgir conflictos, la recomendación es agradecer primero la ayuda de los cuidadores, hablar sobre lo positivo que ha resultado su apoyo y enseguida hablar honestamente con ellos sobre la situación que ha sido rebasada, para que no vuelva a ocurrir. Además, enfatizar que los límites en los menores son necesarios para su buen desarrollo personal. “Es necesario que los cuidadores sepan que son personas importantes para el desarrollo de los niños y destacar que por el mismo motivo se deben tener ciertas reglas o normas con los menores”.

Apego hacia el cuidador

El niño puede generar un vínculo de apego fuerte a su cuidador, una situación normal, que no debe alterar a los padres.

“Es una situación muy frecuente, porque el cuidador va a ser el primer referente del bebé fuera del círculo familiar, va a ser la primer persona con la que el niño va a interactuar socialmente hablando, además de que el cuidador tiene que tratarlo con cariño, por lo cual se va a generar un apego ante esta persona, ya que el niño se va a sentir seguro, protegido, como se podría sentir con su mamá o papá”, explica la licenciada Olvera.

Los niños que se sienten seguros con su cuidador o con su educadora, van a confiar en esta persona y recurrir antes que nada a ella, pero esto no significa que el bebé sienta más apego por el cuidador que por la mamá o el papá, por lo cual no deben sentirse suplantados.

¿Cómo fomentar una buena relación?

Muchas de las veces tanto madres como padres de familia, suelen sentir angustia, al momento de dejar a su bebé con alguien más, puede producirse preocupación, incluso culpa.

“Los padres y madres deben de saber que estas emociones con normales, sin embargo es importante poder reconocer estos sentimientos para poder trabajarlos, y de esta manera no transmitirlos a los hijos. Es importante reducir la ansiedad y tener siempre presente que se está haciendo lo mejor para el menor, y sobre todo tratar de experimentar la separación con la mayor tranquilidad posible”.

La terapeuta añade que el hecho de que las mamás trabajen o que el papá trabaje, no significa que no puedan administrar su tiempo para estar con el bebé. “Deben de tomar en cuenta que lo realmente importante para los niños es la calidad del tiempo, no la cantidad. Hay mamás que pueden estar las 24 horas con el niño, pero se la pasan en el celular o hablando con la amiga… no porque pasen las 24 horas del día con su hijo significa que sea un tiempo de calidad. Al contrario, aunque tú puedas pasar media hora con tu hijo, porque las tareas del hogar, o tu trabajo no te lo permiten, si esa media hora estás completamente con la atención hacia tu hijo, el niño va a crecer sano a nivel emocional, va a mejorar sus vínculos afectivos, su autoestima y desarrollo”.

La licenciada Olvera finaliza haciendo énfasis en que cada niño es diferente, así como la relación que cada madre o padre tiene con su hijo, pues cada uno se desarrolla a su paso y a su manera. “Se recomienda paciencia en la tarea de ser padre o madre, así como confianza de lo que se está haciendo, ya que existe una presión por si están criando bien a sus hijos, y sobre todo tener la certeza que usted conoce a su hijo mejor que nadie, en dado caso que necesite apoyo para llevar a cabo sus funciones, o que esto le cause angustia o algún otro sentimiento que no pueda o se le dificulte manejar, pida ayuda a algún profesional”.

Escrito en: CRIANZA niño, niños, cuidador, límites

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