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¿Militarizar a la policía?

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¿Militarizar a la policía?

¿Militarizar a la policía?

OMAR ORTEGA SORIA

Después de múltiples acusaciones mutuas y de un debate público que debió de ser más participativo, ayer fue aprobada la Ley de Seguridad Interior en la Cámara de Diputados. A pesar de que dicho ordenamiento ya tenía cerca de un año discutiéndose, se antojaba muy difícil su aprobación, a pesar de que era una exigencia de las fuerzas armadas, había sido desplazada por otras cuestiones menos controvertidas, al mismo tiempo que fue contaminada por la discusión del mando único.

La cuestión primordial, es el papel que deben de tener las fuerzas armadas. En pleno siglo 21, ¿su esencia sigue siendo defender al Estado de amenazas externas?, léase de una invasión extranjera. Considero, que hoy esto se escucha totalmente fuera de lugar, y si así fuera, no creo que podamos hacer nada ante otros países que cuentan con armas nucleares, por ejemplo.

En nuestros tiempos, el ejército es reconocido por su apoyo a la población, por ejemplo en alguna catástrofe natural, para prestar alguna labor social, servicios médicos o reforestar, es una de las instituciones con más credibilidad y confianza ciudadana. Sin embargo, todo cambió para ellos cuando en 2006, el entonces Presidente, Felipe Calderón decidió declararle la guerra al narcotráfico, teniendo que sacar al ejército de sus cuarteles y utilizarlo para el combate de la delincuencia organizada.

Hay 2 hechos indiscutibles, ellos no estudiaron ni se prepararon para enfrentar a las criminales y, era una necesidad que México pudiera combatir a los grandes criminales que tenían (o tienen) secuestrados a la fuerza pública, lo que les permitía delinquir con absoluta impunidad.

De esta forma, el ejército empezó a hacer lo que era competencia de la policía y las violaciones a los derechos humanos no se hicieron esperar. Los militares eran juzgados y los criminales que eran capturados, podían alegar un procedimiento irregular; la credibilidad del ejército se empezaba a cuartear.

Obviamente necesitamos cuerpos policiacos profesionalizados, bien pagados, confiables, y equipados, pero esto no se puede lograr de la noche a la mañana, lo que es posible es dotar de un marco legal para regular la participación de las fuerzas armadas en el combate al crimen. Definitivamente no es lo ideal, pero es la única vía, de aquí la importancia de la aprobación de la Ley de Seguridad Interior.

Pueden existir riesgos, es un camino que puede dar lugar a la militarización, de ahí la relevancia de los mecanismos de control que establece la propia ley, desde la existencia de las hoy llamadas "declaratorias de protección a la seguridad interior" que señalan un territorio y una temporalidad específicas, y lo fundamental de contemplar mecanismos de coordinación interinstitucional y garantizar los derechos humanos de los militares, de la ciudadanía y de los delincuentes.

Definitivamente es una ley perfectible, pero es un buen comienzo y base para que los Senadores puedan enriquecerla. Por lo pronto, el PRI y sus partidos aliados lograron imponer su mayoría, y muy seguramente así será la nueva dinámica de la Cámara de Diputados. Los consensos políticos en estos tiempos electorales ya no son tan necesarios. ¿Seguirá el mando único?

Twitter: @omarortegasoria

Escrito en: ejército, criminales, fuerzas, Diputados.

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