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Escenario electoral

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LUIS F. SALAZAR WOOLFOK

Como todo plazo se cumple, llegó el día en que están definidas las opciones para elegir Presidente de la República el año entrante, en un escenario en el que además del Poder Ejecutivo, se renovaran las Cámaras de Diputados y Senadores y habrá elecciones locales en al menos nueve Estados de la República.

La consolidación de la alianza Con México al Frente, integrado por los Partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, viene a ser la gran novedad considerando la regresión al "destape" en el caso del PRI, y tomando en cuenta que por tercera vez, López Obrador es candidato presidencial.

Es cierto que el candidato del Frente aún está por definirse, pero dadas las circunstancias, la designación de Ricardo Anaya se considera cosa de mero trámite. En tal escenario, en el que el Peje se encuentra en el máximo de las preferencias y el PRI depende de su voto duro, el Frente es la opción con más probabilidades de crecimiento, por lo que la elección del mil dieciocho será una elección de tres. Los llamados candidatos independientes están condenados a desempeñar un papel marginal a favor del PRI, cuyo triunfo depende de la fragmentación del universo opositor.

Las posibilidades del Frente son del tamaño de la resistencia opuesta por régimen a su integración, así como de los ataques orquestados desde medios de comunicación al servicio del PRI, que por falsos y desmedidos han fortalecido a Ricardo Anaya.

Así las cosas, no es verdad que los partidos integrantes del Frente tengan "ideologías irreconciliables". Lo cierto es que en todo el planeta, el peso de las ideologías ha sido atenuado por la derrota de los extremismos. El bienestar de obreros y campesinos, la propiedad de los bienes nacionales y otras cuestiones que se consideraban en contradicción con las libertades personales, la propiedad privada o el libre mercado, hoy día están conciliados en instituciones que en nuestro país no funcionan, por lo que para que funcionen es necesario un gran acuerdo de voluntades de alcance nacional, en el que la formación del Frente es el primer paso.

Tampoco es cierto que los integrantes del Frente se hayan repartido las candidaturas a la Presidencia de la República y al Gobierno de la Ciudad de México, como si de un botín se tratara. Basta ver el mapa político del país, para advertir que el reconocimiento de pesos específicos y la asignación de espacios, derivan de un acuerdo apoyado en la experiencia dictada por la propia voluntad ciudadana, expresada en las urnas a lo largo de los últimos veinte años.

El Frente ofrece una posición de centro, apartada de los extremos de la oligarquía corrupta del PRI y del populismo irresponsable de López Obrador. Las alianzas recientes entre PAN y PRD han sido exitosas, porque recogen las aspiraciones de las clases medias, constituyen una oportunidad para acabar con el pacto de impunidad que mantiene al sistema atascado en el fango de la corrupción y proponen una estrategia para que nuestra frágil democracia sobreviva y tenga futuro.

El Frente busca superar diferencias y cerrar filas en el centro del espectro político, en aras de la gobernabilidad y el bien común, por encima de la ideología e intereses particulares de los partidos; reconoce la necesidad de ir más allá de las elecciones, y de integrar un gobierno de coalición con miras a generar un cambio de régimen.

La elección presidencial del dos mil dieciocho se avizora semejante a la del Estado de Veracruz de hace dos años, en la que una alianza PAN-PRD sacó al PRI de la gubernatura, generando un gobierno que por su compromiso en la lucha contra la corrupción, se consolidó este año en elecciones de Ayuntamientos, en las que el binomio PAN-PRD obtuvo el primer lugar, el partido de López Obrador el segundo, y el PRI se desplomó.

Escrito en: Archivo Adjunto Frente, PRI,, López, están

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