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Las precampañas

Opinión - Jaque mate

Las precampañas

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Sergio Sarmiento

El dedazo es el método habitual para escoger a un candidato. Todos los partidos mexicanos se dicen democráticos, pero ninguno cultiva la democracia interna.

No serán unas vacaciones navideñas tranquilas para todos; no, por lo menos, para los políticos con aspiraciones enmarcadas en las elecciones de 2018. Mientras buena parte del país se va a la playa o se desentiende de sus actividades cotidianas, la clase política se encuentra inmersa en las precampañas.

En nuestro país las precampañas son bastante peculiares. En Estados Unidos, los dos principales partidos viven contiendas primarias abiertas, democráticas, para escoger a sus candidatos presidenciales. Suelen participar en estos procesos decenas de aspirantes en cada instituto político. Las jornadas de votación, estado por estado, van reduciendo el número de participantes hasta dejar a los dos nominados finales, uno por cada partido.

En México las precampañas son muy diferentes. Los partidos deciden desde la cúpula quiénes van a ser sus elegidos. Las consultas a las bases o abiertas, que algunas formaciones probaron en el pasado, son hoy virtualmente inexistentes. El dedazo es el método habitual para escoger a un candidato. Todos los partidos mexicanos se dicen democráticos, pero ninguno cultiva la democracia interna.

El problema para los dirigentes que eligen a los nominados es que la ley establece tiempos en radio y televisión reservados para las precampañas. En lugar de abandonar estos espacios, los líderes prefieren mentir y aparentar que hay procesos democráticos internos. El propósito es simplemente aprovechar esas valiosas pautas de medios.

Es verdad que en todo el mundo los políticos mienten. Hasta parece un modo natural de ser de quienes viven de hacer promesas que saben que no se pueden cumplir. Pero en México la mentira se ha visto impulsada por una reglamentación engorrosa y complicada en materia de procesos electorales. En periodo de precampañas, la única forma en que partidos y aspirantes pueden tener acceso a los tiempos en medios de comunicación es mintiendo y ocultando que las candidaturas no se definen a través de ejercicios democráticos sino por decisiones de los líderes.

Las organizaciones partidistas tendrán que registrar a sus nominados a la Presidencia de la República a mediados de febrero de 2018. Mucho antes, sin embargo, estarán definidos los candidatos, no hace diferencia que sea hora de precampañas. El receso navideño será de preparación de las actividades proselitistas formales y de mensajes de precampaña en medios.

Los políticos han construido un sistema electoral muy caro y muy complicado. Tenemos precampañas hechas para promover una sana competencia al interior de los partidos, pero en estas formaciones no quieren saber de democracia ni tampoco perder los tiempos de radio y televisión. Todos los dirigentes afirman que luchan por la democracia, pero no la quieren en sus rediles.

Podría uno sentir la tentación de exigir una nueva reforma electoral que eliminara las complejidades innecesarias y los incentivos para la mentira, el exceso de gasto y el autoritarismo al interior de los partidos. Pero hay que tener cuidado. Si bien las reformas electorales desde 1977 hasta 1996 construyeron un sistema democrático que introdujo la alternancia en el poder, desde 2007 cada modificación no ha servido más que para empeorar las cosas. Si los políticos empiezan una nueva reforma, seguramente construirán un sistema todavía más perverso que el que tenemos hoy.

Twitter: @SergioSarmiento

Escrito en: partidos, precampañas, políticos, tiempos

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