Editoriales

Fin de año

Pura Intuición

RAFAEL ALARCÓN

La Vida persiste en traernos cambios, días tras días, horas tras horas, meses tras meses, semanas tras semanas, y años tras años. Cambios y más cambios, cambios profundos e intensos, cambios sencillos y ligeros, pero en fin, cambios.

Cada uno de estos cambios, y eventos ocurridos en nuestras vidas, traen consigo, causas, efectos, y consecuencias leves y moderadas, traen consigo, experiencias amargas, y otros dulces, traen consigo, marcas de cicatrices, heridas, experiencias frustrantes y traumáticas, experiencias confortantes, experiencias únicas y auténticas, tanto malas como buenas, traen consigo incertidumbre y desilusión, o convicciones duraderas, a las que adaptamos y adoptamos de por vida.

Cada cambio trae consigo, muchas cosas tales como dudas, preguntas y respuestas, soluciones, estancamiento, presiones internas y externas, todo cambio, transforma nuestras circunstancias, por cosas nuevas, que a veces sabemos manejar y otras no, que a veces nos abren los ojos para comprender cosas, que hacemos, que queremos, que tenemos, que nos sobra, que nos falta, pero que otras veces, nos dejan en oscuridad, sin poder comprender y entender, que cosas nos están sucediendo y que hacemos con esas experiencias.

Sea cual sea nuestra situación imperante en este presente, es necesario, que comprendamos, de que como seres humanos, tenemos muchos momentos en nuestras vidas, momentos involuntarios, que suceden sin previo aviso, y que nos dejan asombrados, pero hay momentos planificados, que nos resultan como esperábamos o no, pero fueron planificados.

Debemos aprender a hacer inventarios de vidas, todo tiene su tiempo, dice Salomón, en Eclesiastés, tiempo para reír para llorar, para abrazar, para abstenerse de abrazar, todo tiene su tiempo para detenernos en nuestras vidas, y saber que hay que sumergirnos, entre lo más interno de nuestro ser, para hacer un profundo y muy general inventario acerca de lo que nos acontece, de quienes somos, de que tenemos, de que nos falta, que debemos hacer con lo que tenemos, somos, queremos, que debemos hacer para lograr lo que esperamos tener, que fracasos llevamos consigo, que triunfos nos acompañan, que deseamos, quienes somos, y que no somos, en que nos hemos convertido, y si estamos satisfechos con lo que somos o no, que queremos cambiar de lo que somos, hacemos y tenemos, entre otras cosas.

Debemos de vez en cuando detenernos en el camino, y como dice la Biblia "Meditad sobre vuestros caminos" debemos detenernos, y entremeternos entre lo más profundo de nuestro ser, a investigar acerca de nuestras motivaciones, nuestras tomas de decisiones, nuestros temores, nuestras debilidades y flaquezas, nuestros errores, nuestras limitaciones, nuestras oportunidades, nuestras desilusiones, nuestras creencias, nuestras frustraciones, fracasos, victorias, y que resolver en cada una de esas situaciones.

Cuando tenemos un inventario de vida es cuando podemos cambiar para bien, quitar todo lo que estorba que crezcamos y avancemos, y aumentar todo aquello, que nos hace madurar y fortalecernos en nuestro interior.

Muy a menudo, la violencia doméstica tiene su nido establecido en la guerra psicológica situaciones tales como amenazas de cualquier tipo, ofensas, insultos, criticas continuas, burlas, sarcasmos, gestos intimidantes, empujones, agresión verbal o física, manipulaciones, expresiones de rechazo, actitudes desafiantes, etc. Estas actitudes ejercen presión sobre los individuos de manera diferentes.

La autoestima juega un papel fundamental en relación a estos conflictos. Las personas, con baja estima tienden a jugar estos juegos psicológicos, bien sea como agresor o como víctimas, lo cierto es que tanto el agresor, como la víctima, tienen una autoestima pobre acerca de ellos mismos, y es por ello que en reiteradas ocasiones.

El agresor recurre a las practicas violencias, porque considera que si actúa amablemente, va a ser irrespetado, y no habrá quien realmente tome en serio sus inquietudes si no es por medio de una intimidación, en el caso de la víctima, se siente constantemente atemorizado, porque no se siente capaz de continuar sin las cosas buenas de las que necesita de su agresor, y por eso no lo encara, por miedo a perder las cosas buenas, entonces se deja maltratar, violentar, manipular, y ridiculizar.

A medida de que esta situación dure más tiempo, los lazos entre el agresor y la víctima, van a seguir siendo muy dependiente uno del otro, ya que el agresor necesita de una víctima para sentirse seguro, mientras que la víctima necesita seguridad en sus necesidades, aunque para mantenerlas aseguradas, tenga que soportar agresión.

Dios, en muchas oportunidades se encontró con gente ocupadas, Dios llama a gente ocupadas, no a gente vagas, esta es una expresión que he escuchado desde hace tiempo, pero hay otra que he escuchado que me llena más, y es que Dios, escoge a lo vil y a lo menospreciado, esto incluye el hecho de que Dios escoge a los torpes, tanto así, que cuando estudiamos algunos casos de personas, que Dios escogió para usarlos, ellos los primeros que le preguntaban a Dios, es que porque los escogió a ellos, si ellos no llevaban los requisitos elementales, para ser llamados a esa misión tan grande.

Dios antes que cualquier otra cosa, el desea despojarte de esas torpezas, y que empieces a caminar, en lo sobrenatural, y dejes de actuar en tus propias fuerzas, muchas veces por querer resolver las cosas a nuestro modo, es que cometemos errores, y sin querer cometemos los mismos errores de siempre, pero cuando aprendemos a dejar que Dios vaya obrando en nuestras vidas no solamente en lo exterior, sino interiormente, podemos llegar alas satisfacción, de saber que hemos estado superando nuestras propias limitaciones.

Desde que éramos niños hay algunas conductas o hábitos que persisten en nuestras vidas, de los que nos avergonzamos y se han hecho parte de nuestras características personales, y hasta nos declaramos, es que yo soy así, porque yo tengo que ser así, me avergüenzo de ser así, es que yo siempre he sido así.

Vivimos en un mundo en el cual todo parece tener efectiva solución, hay soluciones para todo, y hay especialistas para todos los casos, pero pareciese ser que para nuestras propias torpezas no hay solución. Tenemos gran variedad de especialistas en el área estética, en el área psiquiátrica, en el área dental, en el área nutricional, en el área fotográfica, en el área de informática, en el área de publicidad, y en todas las áreas de la vida cotidiana pero no hay especialistas en el área de las torpezas crónicas.

Qué tal de las torpezas que cometemos día tras día, semanas tras semanas, meses tras meses, años tras años, aquello que en oculto nos hace avergonzarnos de nosotros mismos, que tal de eso que no le queremos confesar a nadie, de que lo tenemos pero no sabemos cómo deshacernos de eso, algunos ya se dieron cuenta, y nos da mucha pena, pensar en ello, de que tan solo, esas personas, nos lo digan en nuestras caras, y nos humillen por nuestras torpezas. ¿Qué hacer con ellas?

Es mi intuición que es momento de hacer un análisis de nuestra vida y trazar verdaderos objetivos en el próximo año que inicia.

Escrito en: nuestras, área, hacer, somos,

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