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Los regalos más importantes: vida y salud

PADRES E HIJOS

Los regalos más importantes: vida y salud

Los regalos más importantes: vida y salud

IGNACIO ESPINOZA GODOY

Tradicionalmente, esta temporada de fiestas navideñas se caracteriza por la euforia y el entusiasmo que desborda la mayoría de las personas, lo que trae consigo el cumplimiento de ciertas costumbres ligadas a la entrega de algún regalo que en ocasiones se vincula con un intercambio ya sea entre la misma familia o los círculos que se forman en los ámbitos del trabajo, la escuela, las amistades o las parejas, un ritual que se lleva a cabo de manera espontánea, aunque en ocasiones las expectativas respecto de los obsequios no siempre se cumplen. Sin embargo, lo más importante es compartir con los que más se quiere.

No obstante, también existe un segmento de la población para el que esta tradición, si bien es atractiva, divertida e importante, debería enfocarse más hacia el estrechamiento de las relaciones, de la convivencia más frecuente entre, sobre todo, los integrantes de la familia, ya que en ocasiones hay que esperar todo un año para que las reuniones de todos sus miembros sean posibles, pues con el pretexto de los tiempos del trabajo y de la rutina de estar al pendiente de los hijos en las escuelas, entre otros argumentos, es complicado juntarse para ponerse al tanto de lo que ocurre en la vida de los demás.

Retomando el tema de los regalos -que es el motivo de esta colaboración-, desde luego, quienes los esperan con mayor ansiedad son los niños, además de los adolescentes que ya conocen el origen de sus obsequios, mientras que los adultos caemos en una especie de incertidumbre sobre lo que podrían obsequiarnos las personas más cercanas, aunque muchos consideramos que los regalos más importantes de esta y otras temporadas del año son la vida y la salud, pues sin estos dones no sería posible todo lo que podemos apreciar y disfrutar a nuestro alrededor.

En verdad, amable lector, quienes ya cargamos a cuestas con varias décadas de edad por supuesto que nos emocionamos y agradecemos profundamente cuando recibimos un regalo material, sin importar su origen; sin embargo, en lo personal, creo que la vida y la salud son los obsequios más grandiosos que podemos recibir de parte del Todopoderoso, con lo que nos sentimos más que satisfechos, ya que de esta manera podemos disfrutar las maravillas que nos rodean al saber que tenemos una familia que nos ama y nos espera con los brazos abiertos todos los días.

También, el hecho de tener la certeza de que contamos con el apoyo de nuestra familia para superar cualquier problema, en los diferentes aspectos, es un regalo invaluable, pues sabemos que muchas personas no pueden jactarse de ello, ya que viven circunstancias distintas, pero tampoco se trata de hacer comparaciones, sino de valorar lo que poseemos en el hogar y del respaldo que sabemos podemos encontrar en nuestros padres, hermanos, abuelos, tíos, primos, en fin, en este círculo donde siempre hallamos ese bálsamo que todo lo cura, esa palmada, esa frase de aliento que nos impulsa a continuar después de una caída.

También, en este importante círculo, podemos incluir a los amigos, a los compañeros de trabajo, a los ex compañeros de escuela que aún frecuentamos. Todos ellos también forman parte importante de nuestra vida cuando se trata de personas a las que sabemos que podemos recurrir en busca de apoyo en algún aspecto, a pesar de que en ocasiones se cuentan con los dedos de las manos, pero sabemos que ahí están para ofrecernos su hombro para llorar o esa palabra de aliento cuando las cosas no marchan como nosotros quisiéramos.

Para muchas personas, esta temporada navideña y de fiestas de Año Nuevo es motivo para celebrar en grande, lo que sin duda se considera normal pues la razón para hacerlo, más allá de lo que dicta la mercadotecnia, es el nacimiento de un ser que vino a este mundo hace más de dos mil años a sacrificarse por nosotros, así que debemos honrar su memoria con la práctica de algunos valores que, lamentablemente, sólo vemos en esta época: amor, solidaridad, generosidad y perdón, entre otros que parece que después de la euforia de estas fechas guardamos para sacarlos el año entrante.

Después de todo, se trata de pasar un periodo de fiestas decembrinas y de Año Nuevo en compañía de la familia y los seres queridos más cercanos, pues sin la presencia de los que más amamos y los que nos corresponden en igual medida estas fechas no tendrían sentido, de ahí que la reflexión va enfocada a valorar precisamente que tenemos con quién compartir lo poco o lo mucho que poseemos.

Por último, quiero reiterar que los regalos más importantes que podemos recibir son la vida y la salud, a partir de los que podemos agradecer al Todopoderoso, por lo que cualquier otro presente material que nos obsequien claro que es bienvenido, pero siempre hay que recordar que lo fundamental es la compañía de la familia, pues mientras nos mantengamos unidos, en un ambiente de armonía, amor y solidaridad, lo demás pasará a un segundo término, así que disfrutemos intensamente esos dones.

Escrito en: Padres e hijos podemos, pues, vida, regalos

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