¿PRI y PAN podrán frenar a Morena en Durango?

Las diversas mediciones que han llegado a manos del equipo del Gobernador de Durango, José Rosas Aispuro Torres, pueden tener variaciones mínimas, pero son coincidentes en algo: cuando se le pregunta a la población duranguense su preferencia electoral, el partido Morena como marca aparece arriba en todas las encuestas.

Este fenómeno que no se había visto igual en otros procesos comiciales, al menos en Durango, está generando incertidumbre en los demás partidos políticos y en los diversos grupos de poder, ya que ante un escenario así hay riesgo de derrota en el Senado y todos los distritos, federales y locales.

Con este termómetro, que podría reflejar la fotografía del momento político rumbo a los comicios del próximo del 1 de julio, seguramente en todos lados están pensando seriamente las decisiones que van a tomar a la hora de elegir candidatos, ya que el deterioro del PRI y el PAN, junto al avance del lopezobradorismo, podrían ir dibujando un resultado impredecible.

Quizá por eso el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no se anima aún a definir candidatos al Senado, a Diputados Federales y Diputados Locales, pues sabe que si se adelanta le da más tiempo a los de enfrente para pepenar a los aspirantes desechados por las cúpulas del tricolor.

En el caso de Acción Nacional y sus aliados, de igual forma tienen definido el primer lugar de la fórmula al Senado, en la persona de José Ramón Enríquez Herrera, pero no tienen claro el acomodo en los demás espacios, ya que ninguna elección por sencilla que haya sido en el 2016 o antes, será hoy un día de campo frente al fenómeno nacional de Morena.

Mientras tanto, al seno del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) hay varios grupos locales y otros más conectados con la dirigencia nacional, unos a favor y otros en contra de que puedan reclutar cuadros de otros partidos, en especial porque creen que el proyecto de López Obrador perdería el idealismo si postula candidatos con gran arraigo en el PRI.

Sin embargo, pierden de vista que tal vez es el propio AMLO quien está diseñando lo que para él y su grupo cercano es la operación más importante del proceso electoral, ya que sienten el triunfo en sus manos -y las encuestas lo confirman así en este momento-, pero falta hacer los amarres, las alianzas y las contrataciones necesarias para evitar sorpresas.

Morena ha crecido en tres años por tres factores: 1.- El desencanto nacional de los gobiernos del PRI y el PAN; 2.- La figura de López Obrador con una vigencia en campaña de más de 12 años continuos; y 3.- La necesidad de que el país tenga un cambio de fondo, tomando en cuenta que bajo su lógica el PRI y el PAN son lo mismo y son aliados.

Por su parte, Andrés Manuel ha aprendido de sus errores pasados. Hoy se suma con un partido de derecha y se deja ver con grupos cristianos y religiosos como una persona creyente, de convicciones y fe, pese a que ese tipo de mensajes duelan a las izquierdas progresistas que tienen un marcado rechazo a cualquier cercanía con grupos clericales.

Hoy, la confección que realiza el tabasqueño es revisando estado por estado qué perfiles tienen rentabilidad electoral y podrían ser ese elemento que le sume los puntos que su proyecto necesita para mejorar en los estados donde sabe lo débil que es su presencia y, más aún, su estructura de representación en cada casilla y para la defensa del voto.

No es chisme ni ha sido un borrego que el grupo nacional de Morena quiere tener en Durango candidatos ciudadanos y gente que comulgue con este partido y sus ideales, sí, pero también alguno que otro priista que abandone el barco tricolor para sumarse a la aventura de López Obrador, en la intención de sumar algunos puntos, gente para vigilar casillas y que además sirva esto para dividir a los contrincantes

Según diversas voces, en ese tenor se ubicaría la invitación a un Esteban Villegas, a Héctor Vela, Otniel García o Rocío Rebollo, quienes han estado consultando a propios y extraños su opinión, pros y contras, todo con tal de tomar una decisión que si bien les generará desgaste si es que deciden abandonar al PRI, también podría tener sus recompensas.

Priistas y panistas saben que el escenario en Durango por primera vez se les pone sumamente complicado pese a que en estos momentos Morena no es un partido fuerte a nivel local, no tiene estructuras de peso ni cuenta con una membresía que genere preocupación.

Saben que podrían empezar campañas que se presentan bajo un entorno muy complicado y cuesta arriba. Y lo peor es que saben que en breve entrarán a territorio a lidiar no contra un partido político, sino contra un hartazgo social hacia los partidos de siempre, aprovechado éste por fenómeno electoral que solamente tiene un nombre y un rostro: Andrés Manuel.

En el frente formado por el PAN-PRD-MC el Alcalde necesita una compañera de fórmula que le permita asegurar votos de la militancia panista, sin tantos negativos y con una trayectoria de mucha cercanía para convencer al desilusionado electorado duranguense.

Enríquez quiere a Claudia Hernández Espino como su dupla en la fórmula, solo que ella podría ser víctima de los grupos sectarios que se encargan de decirle al Gobernador Aispuro quién es leal y quién puede ser rival, y por el hecho de que ella ha trabajado este año y medio y desde campaña en la planilla de Enríquez, para estos grupos cercanos al Mandatario es como si la hubiera "chupado el diablo".

Al final, quien construye y teje la operación política para salir lo mejor librado posible del 2018 es o debe ser el propio José Rosas Aispuro Torres. En las próximas horas y los días inmediatos veremos si edificó un escenario de posibles aliados en los diferentes partidos políticos, o si se enfrentará a una realidad más compleja a la que ha sorteado estos 18 meses.