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Presa de la violencia

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

El 7 de enero se suscitaron hechos de violencia en Cacahuatepec, zona rural de Acapulco, derivados de la actuación parcial e irregular del Estado frente a conflictos nacidos de la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Presa La Parota, que ha dado pauta a polarización intracomunitaria.

¿Qué tuvo que suceder para que en carta dirigida a las autoridades mexicanas, 35 parlamentarios de 12 Estados miembros de la Unión Europea expresaran su preocupación por la situación de las personas defensoras de derechos humanos en México y en particular llamaran la atención sobre el estado de Guerrero?

Informa el Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan que al finalizar un baile que se celebró en La Concepción, Cacahuatepec, con motivo de una fiesta, un operativo policial dejó personas asesinadas, torturados y detenidos, así como un ambiente de miedo en familias que en años anteriores decidieron organizarse a través del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota (CECOP) -defensores del río Papagayo- y de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) para defender sus derechos al territorio y al consentimiento libre, previo e informado.

Todo comenzó, dice, en la madrugada cuando policías comunitarios trataban de detener a un hombre que orinaba en la calle y les arrojaba piedras, pero fueron atacados a balazos por un grupo armado. El resultado fue dos comunitarios muertos y seis de las personas armadas.

Cuando se investigaba, un operativo de 200 policías estatales y federales acompañados por soldados provocó tensión en habitantes de La Concepción, que la policía comunitaria se atrincherara e iniciará un enfrentamiento armado. Nueve periodistas fueron golpeados y encañonados por policías estatales, narran los reporteros. Bernardino Hernández, fotoperiodista, fue arrastrado más de 50 metros y recibió patadas y culetazos, lesionándole el cráneo. Le dañaron dos equipos de fotografía y sustrajeron dos tarjetas de memoria con imágenes de los golpes propinados a los detenidos. Señala que le dijeron, "aquí te vamos a desaparecer".

Sostiene el Centro Tlachinollan que cuenta con elementos de convicción que permiten afirmar que tres policías comunitarios fueron ejecutados extrajudicialmente. Testigos directos declaran que los policías comunitarios Feliciano Ascencio Sierra y Alexis Santos Castillo se encontraban atrás de la Casa de Enlace de la CRAC-PC, el primero hincado con las manos en la nuca y el segundo de pie alzando las manos en señal de rendición, cuando la Policía Estatal les disparó "asesinándolos". El tercero, Crescenciano Everardo Lorenzo, fue detenido en el patio delantero; policías estatales le pidieron el arma, la entregó, se lo llevaron rumbo a un establecimiento de Liconsa junto a la iglesia y posteriormente apareció su cuerpo sin vida.

Policías y soldados catearon domicilios de policías comunitarios y miembros del CECOP. Hay 25 detenidos en el Cereso de Las Cruces.

Según el testimonio, cuando detuvieron a Marco Antonio Suástegui, coordinador del CECOP, le taparon la cabeza con una playera, lo llevaron a un cerro y lo interrogaron mientras un soldado vigilaba. "Lo azotaron con un palo de moringa en la espalda y le bajaron los pantalones para golpearlo en la zona de glúteos". Un policía le preguntó: "¿A cuántos mataste anoche?", él contestó: "Yo no he matado a nadie, no sé nada, yo no he disparado un arma". Un ministerial ordenó a uno estatal le diera un arma para que disparara. El ministerial ordenó a Suástegui disparar, a lo cual se negó. Le dio un golpe en la cabeza que lo hizo perder la conciencia. Cuando se recuperó escuchó decir al estatal: "Hay que matar a este c..." El estatal intentó introducir el cañón de pistola en la boca de Suástegui y éste se hizo a un lado para esquivarlo. El policía cortó cartucho y le colocó la pistola en la nuca, diciéndole: "De todas formas te vas a morir". El estatal le preguntó: "¿Quién eres?", y Suástegui respondió: "Soy gente de Villa y Zapata..." El policía contestó: "Entonces aguantas v..." y lo pateó en tórax, costillas y columna. Finalmente un helicóptero descendió para llevárselo. Aunque los esfuerzos del CECOP, acompañados por organizaciones civiles y comunidad internacional, lograron suspender el Proyecto Hidroeléctrico Presa La Parota desde el año 2004, este operativo letal marca un hito para su reactivación, objetivo del ataque armado, declaran los comuneros.

@kardenche

Escrito en: Yo río libre policías, comunitarios, policía, Presa

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