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Abusos y desnudos

Jaque Mate

SERGIO SARMIENTO
"Mi preocupación ha sido siempre pintar desnudos como si fueran frutos.— Pierre- Auguste Renoir

Una cosa es el abuso y otra muy distinta el erotismo. Para algunos moralistas, sin embargo, no hay diferencia.

La Galería de Arte de Manchester decidió hace unos días retirar de exhibición el cuadro "Hilas y las ninfas" del pintor prerrafaelita John William Waterhouse. Suspendió también la venta en la tienda de la galería de las postales con reproducciones de la obra. El cuadro, de 1896, representa un episodio de la mitología griega en el que Hilas, un joven de extraordinaria belleza, es seducido y raptado por las ninfas pegeas.

La curadora de arte contemporáneo de la galería, Clare Gannaway, ha argumentado que el retiro de la pintura busca "promover conversaciones acerca de cómo desplegamos e interpretamos las obras de arte en la colección pública de Manchester. Para mí en lo personal, hay un sentido de vergüenza de que no hemos tratado este tema antes".

Gannaway ha reconocido que los movimientos Time's Up y #MeToo, de protesta por abusos de hombres a mujeres, tuvieron mucho que ver con la decisión. Las obras en la sala En Busca de la Belleza, dijo, son de pintores interesados en los cuerpos de mujeres o pinturas que presentan el cuerpo femenino como una forma artística pasiva o que representan a mujeres fatales (The Guardian, 31.1.18).

La galería no cedió a una presión del público, como la que sufrió el Museo Metropolitano de Nueva York en 2017. Una mujer, Mia Merrill, se escandalizó al ver "Teresa soñando", una obra de 1938 del pintor franco-polaco Balthus. Merril reunió casi 10 mil firmas en una semana para pedir el retiro de esa pintura que "presenta como romántica la sexualización de una niña". En su cuenta de Twitter escribió: "Si usted simpatiza con el movimiento @MeToo, o si alguna vez piensa en las implicaciones del arte en la vida, por favor apoye este esfuerzo". El museo, sin embargo, se negó a retirar la obra (parte de la colección que Jacques y Natasha Gelman reunieron en México durante décadas y que Natasha donó al museo al morir).

Algunos tratan de aprovechar la justa indignación ante casos de acoso o abuso sexual no sólo para censurar obras artísticas sino para combatir el erotismo e imponer su moral al resto de la sociedad. El arte puede ser erótico y transgredir las normas morales, pero éste es uno de sus mayores méritos. El arte que no trasgrede se convierte en simple decoración o, peor aún, en propaganda.

¿Son las ninfas desnudas de Waterhouse la expresión de un sentimiento erótico del pintor? Sin duda. Los personajes mismos de las ninfas son producto de un erotismo de los griegos antiguos que perdura después milenios. Es cierto que las ninfas son unas jovencitas y que la Teresa de Balthus, una vecina suya en la vida real, era una adolescente de 12 o 13 años. Pero la idea contemporánea de que la sexualidad debe reprimirse hasta los 18 es antinatural. La Julieta de Shakespeare tenía 13 años. A lo largo de la historia la mayoría de las mujeres han tenido relaciones sexuales y han sido madres desde la adolescencia.

En este momento la censura o los intentos de censura se están aplicando a obras como "Hilas y las ninfas" o "Teresa durmiendo". ¿Cuáles seguirán? ¿"El nacimiento de Venus" de Botticelli? ¿El "David" de Miguel Ángel? ¿"La maja desnuda" de Goya? ¿"Las grandes bañistas" de Renoir? ¿El "Desnudo acostado" de Modigliani?

Hay que saber distinguir. Castigar el abuso o el acoso es indispensable. Censurar el arte o pretender borrar el erotismo no es sólo una tarea imposible sino indeseable.

Las remesas registraron un récord en 2017 con 28,771 millones de dólares. Es el efecto Trump. Al amenazar con confiscarlas, el presidente sólo logró que los mexicanos en Estados Unidos las mandaran en mayor cantidad.

Twitter: @SergioSarmiento

Escrito en: Jaque Mate arte, ninfas, obras, erotismo

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