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Agua y precios

Jaque Mate

SERGIO SARMIENTO
"Miles de personas han sobrevivido sin amor, ninguna sin agua."— W.H. Auden

Fue en su momento un gran avance tecnológico. Las redes de distribución y recolección de agua permitieron una dramática mejora sanitaria. Es difícil entenderlo hoy, porque se piensa que todo tiempo pasado fue mejor, pero las ciudades eran antes insalubres y malolientes. Una ducha era un lujo que únicamente podían darse los más ricos. y solo de vez en cuando.

Este gran avance, sin embargo, puede venirse abajo como consecuencia de las malas políticas públicas que están provocando escasez artificial de agua. Ciudad del Cabo, en la República de Sudáfrica, está en camino de convertirse en la primera urbe que suspenda el servicio agua entubada. La alcaldía ya ha tomado medidas restrictivas y de encomio a los habitantes para que utilicen menos agua; pero, a menos que las tradicionales lluvias de invierno se adelanten y caigan con extraordinaria intensidad, la ciudad cerrará la provisión de agua a la red en abril.

Las autoridades municipales, provinciales y nacionales han presentado la situación como una gran tragedia, que lo es, y han culpado a circunstancias externas, como una fuerte sequía, el aumento de la población y el calentamiento global. Ninguna ha reconocido que el principal problema es una mala política pública surgida de la decisión de hacer del agua un derecho humano.

Los políticos sudafricanos se enorgullecen de que su constitución fue una de las primeras del mundo en reconocer el derecho al agua en 1996, antes que la Asamblea General de las Naciones Unidas emitiera la resolución 64/292 del 28 de julio de 2010 que estableció este supuesto derecho para todos los habitantes del planeta. En 2001 se estableció en Sudáfrica la política de entregar un suministro básico de agua gratuita a todos los hogares del país de 25 litros por persona, que los municipios debían aplicar de manera gradual hasta los límites de su capacidad. En 2008 la Suprema Corte determinó que los 25 litros eran insuficientes y ordenó subir la cantidad a 50.

Ciudad del Cabo venía entregando hasta 87 litros a todas las casas, sin importar el ingreso de los habitantes, pero esta cantidad se redujo a 50 litros a partir del 1o de febrero de 2018, como consecuencia de la sequía que ha dejado las presas con un nivel promedio de 26 por ciento. La siguiente medida será cerrar el agua de las tuberías municipales.

Los políticos han empezado una campaña de linchamiento contra quienes utilizan más agua que la que ellos recomiendan. Se niegan a entender que el problema radica en las políticas que pretenden garantizar el "derecho al agua". Regalar el producto promueve el desperdicio y descapitaliza a las instituciones encargadas de desarrollar infraestructura hídrica. La gente no reacciona ni a las súplicas ni a las amenazas. En cambio, un buen sistema de precios regula de manera natural el uso del agua, reduce el consumo y genera recursos para la construcción de infraestructura, lo que permite una mayor disponibilidad del líquido.

México no tardará mucho tiempo para llegar a la misma situación. En 2012 se introdujo el derecho al agua en la constitución federal. En la Ciudad de México se prohibió, además, la "privatización" del servicio en 2017. Los resultados los estamos viendo en el deterioro del sistema y en las crecientes fugas. Si la introducción de las redes de tubería fue un avance notable en la situación sanitaria, las políticas populistas pronto lograrán que la distribución de agua se realice mayoritariamente a través de pipas.

El gobierno federal entregará 900 millones de pesos al gobierno de Javier Corral y solicitará la detención inmediata para extradición de César Duarte. A cambio, Chihuahua entregará a Alejandro Gutiérrez a una prisión federal. ¿Quién dijo que no se podía negociar la ley?

Twitter: @SergioSarmiento

Escrito en: Jaque Mate agua, derecho, litros, políticas

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