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ARMANDO FUENTES AGUIRRE

El río duerme, aseguran los que viven cerca de él. Su cauce es pedregoso, y el paso de la corriente se oye a la distancia. Si te acercas debes alzar la voz al hablar, pues el fragor del río no deja que tu voz se escuche. Y así de día y de noche.

Pero hay una hora -mágica hora- en que de pronto el río calla. Nadie sabe qué hora es esa hora. Algunos dicen que es a la media noche. Otros afirman que es en la madrugada, cuando la oscuridad es más oscura y parece que ya nunca va a salir el sol.

Entonces se hace el silencio y el río ya no se oye. Con él calla también el mundo, y las criaturas callan. El viento no se escucha, ni el ladrido lejano de los perros.

-El río está durmiendo -dice la gente en voz muy baja. No hay que despertarlo.

Luego el río despierta. Otra vez vuelve a ser río, y se escucha su paso entre las piedras. ¿Cuánto tiempo durmió? También se ignora. Lo mismo pudo ser un instante que unas horas. Es difícil medir los misterios.

Yo creo, igual que todos, que el río duerme. Lo que no sé es si sueña.

¡Hasta mañana!...

Escrito en: Mirador paso, hora, duerme,, baja.

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