Dice un refrán antiguo:
"Febrero y las mujeres, mil pareceres". Tintes de misógino tiene ese dicho, pues atribuye a la mujer carácter veleidoso y tornadizo. Desde luego tal estereotipo es falso. Hay señoras de carácter firme -en mi casa tengo una-, y hombres vacilantes e indecisos. (En su casa tiene uno mi mujer).
Pero este febrero sí que está resultando voluble. El día amanece gris, nublado, con un frío polar. Antes de salir a la calle te echas encima toda la ropa de abrigo que tienes en el clóset. Una par de horas después brilla esplendente el sol y sientes un calor de infierno. Luego, en la tarde, vuelve otra vez el frío y te congela.
No diré que febrero tiene caprichos de mujer.
Diré, sí que a este mes no hay quien lo entienda.
(Y a la mujer tampoco).
¡Hasta mañana!...