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Tillerson; destino manifiesto y big stick

Metáfora ciudadana

LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ÁLVAREZ
“Habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos”— Teodoro Roosevelt

Recién independizado México, Joel R Poinsett; ministro plenipotenciario de Estados Unidos, ofreció a Iturbide la seguridad de su imperio a cambio de los territorios del norte, trastocando el tratado Onis-Adams de 1919 que mantenía la posesión de esos territorios. El emperador se negó, tal vez porque los sentía suyos más que por un pensamiento nacionalista, Poinsett apoyó a los masones yorkinos, estos destronaron a Iturbide; copiaron literalmente la constitución de esa nación y la convirtieron en la mexicana de 1824, surgió un México caricatura de Estados Unidos, hasta en el nombre.

En 1823 el presidente norteamericano James Monroe determinó una doctrina, supuestamente defensiva de América; parecida a la política que hoy pregona el enfermo mental que habita la casa blanca: "América para los americanos" y la han mantenido por ya casi doscientos años, masacrando, invadiendo y destruyendo vidas y dignidades de todo latinoamericano. Esta visión dominante creía que: «Por la Autoridad de Dios» los Estados Unidos están destinados a dominar el mundo y sojuzgarlo bajo su poder absoluto. Surge pues el "Destino Manifiesto" consistente en extender por todo el continente... libertad y democracia"

Ese fatídico destino inició manifestándose al apoyar la separación de Texas de México, utilizando mentiras como la del Álamo, enviando tropas para vencer al inepto de Santa Anna; e inmediatamente después para realizar una sanguinaria y rapaz invasión a México, privándolo de más de la mitad de su territorio. Once años más tarde, el gobierno de Juárez firma el Tratado de Mc Lane-Ocampo que entregaban territorios estratégicos como el control del Istmo de Tehuantepec; mismo que, por vergüenza no autorizó el senado norteamericano, sino, seríamos una colonia gringa al estilo de Panamá.

Porfirio Díaz buscó mantener la autonomía de México; eso, en parte, le costó el cargo, Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos; sí intervino, descaradamente, apoyando a Victoriano Huerta contra el gobierno de Madero, hasta lograr destituirlo. En 1914 influyendo en la política mexicana, la marina estadounidense invadió Veracruz para apoyar a Carranza contra Huerta y logró destituirlo. En 1916 envió el gobierno americano una "expedición punitiva" que invadió el norte de México para perseguir a Pancho Villa, y faltaban peores consecuencias.

¿Se han dado cuenta que desde que acabó el Porfiriato, salvo el tren Chihuahua-Pacífico no se ha tirado un solo metro más de líneas ferroviarias? Por el contrario, los servicios de han reducidos substancialmente, como el transporte de pasajeros entre otros. La explicación es muy sencilla: Los Tratados de Bucareli firmados por Álvaro Obregón en 1923 obligaban a México a comprar vehículos automotores a Estados Unidos, por ello se paró el crecimiento ferroviario; eso beneficiaba exclusivamente a los americanos y perjudicaba enormemente a los mexicanos; véase ahora con el precio de la gasolina y que los costos del transporte terrestre son excesivos; en comparación con los del ferrocarril. Otro atraco contra los mexicanos desde el norte.

El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson visitó nuestro país y, considerándolo tierra de conquista, se atrevió a disertar con una espuria autoridad sobre la política mexicana. A base de falacias y patrañas aseveró: "Nosotros sabemos que Rusia tiene tentáculos en diferentes elecciones en todo el mundo... y mi asesoría a México sería que preste atención a lo que está pasando". Así mismo insistió: "Hoy China se está estableciendo en América Latina. Está usando el poder económico para llevar a la región bajo su órbita, la pregunta es a qué precio". Y con celo inaudito, pensando en su doctrina Monroe, aseveró: "América Latina no necesita nuevos poderes imperiales"; "...la presencia de Rusia en la región es "alarmante".

Pero, con qué autoridad, el representante del imperio que tiene sumido a México en la miseria económica y en la degradación nacional se atreve a hablar de "llevar a órbita" o de "nuevos poderes imperiales" cuando nuestros gobiernos han permitido que seamos satélite de su economía; por cada dólar que Estados Unidos invierte en México, se lleva cuatro de utilidad. Aun así, para tan emponzoñadas declaraciones, sonaron voces que, por temor a una elección contraria a sus intereses, aprobaban esas furtivas amenazas.

Traidores a la patria siempre ha habido; nacidos en México que apoyaron y apoyan los latrocinios, como los jóvenes aristócratas llamados los "polkos", que se rebelaron contra el gobierno en plena invasión gringa; nombre que según algunos hace alusión al presidente de Estados Unidos que invadió nuestra patria Jame k. Polk. En el siglo XX los revolucionarios pre-priistas que aceptaron los tratados de Bucareli y ahora, hay quienes por temor a un candidato y, además, porque su ultra corrupto partido no levanta en las encuestas, aplauden políticas antimexicanas; bien podríamos llamarles "trumpistas".

La pregonada democracia americana, seamos honestos, sólo sirve si sirve a los intereses de Estados Unidos; si no, utilizan el camino de mantener a dictadores que aceptaron ser sus títeres como Batista, Duvalier, Trujillo, Pinochet; obligándolos a comprarle a él, armas innecesarias y/o, utilizado marionetas como Jimmy Morales de Guatemala que, por unos cacahuates ha apoyado a Trump en su política antinarcóticos y, "tampoco alcanza a escuchar cuando habla de los delincuentes de su país". Rex Tillerson llegó a México acompañado del gran garrote; (big stick) diplomacia de violencia con que se mantiene a los países latinoamericanos bajo la espada, no de Damocles, sino de los marines gringos.

Escrito en: Metáfora ciudadana Estados, México, México,, política

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