Todo sea por el poder
Aquí les dijimos, antes que nadie, que Otniel García Navarro encabezaría la desbandada priista hacía Morena en Durango. Y no mentimos.
Durante su presentación con Morena, Otniel García tuvo que comerse, literal, todos sus discursos a favor del gobierno de Enrique Peña Nieto, sobre todo el de la Reforma Energética, en el que se cansó de hablar de bondades y maravillas y que hoy, ya bajo el manto protector de Andrés Manuel López Obrador, dejó de ser una "reforma modernista y con visión" para convertirse en "una ofensa para los mexicanos". Se tardó, pues.
Lo de Marina Vitela ni vale la pena comentarlo. Ni en el PRI la querían y lejos de sumar votos, le restará al proyecto de AMLO. Pero volviendo al tema de la desbandada tricolor, parece que nos quedamos cortos en los nombres que aquí le manejamos.
En el radar no aparecía el nombre de Héctor Vela Valenzuela y fue de los primeros en emigrar. Tampoco aparecía el nombre de Óscar García Barrón, pero puede irlo anotando, porque aseguran que es cuestión de días para que el autodenominado "verdadero priista de hueso colorado" busque ahora la purificación con López Obrador.
Así las cosas con el priismo local, que cada día se queda sin más militantes. Aunque hay quienes aseguran que es una de las virtudes del PRI: camuflarse en otros partidos hasta adueñarse de ellos. Si no, pregúntenle al PAN o al PRD. Todo sea por el poder.
RADIOGRAFÍA POLÍTICA
Es complicado recordar un enfrentamiento directo entre la iniciativa privada y algún gobierno local en los últimos años; menos cuando se cuenta con una clase empresarial tan dependiente de la clase política.
Por ello la protesta "silenciosa" realizada el martes pasado, así como el vacío que le hicieron al Ayuntamiento a la entrega de las (semi)nuevas patrullas, el lunes, tomo relevancia a nivel nacional.
Y es que ni los miembros del Gobierno Municipal entienden la estrategia de confrontarse con las cámaras empresariales locales por un tema electoral, más cuando se supone que son del mismo bando y que eso se podría negociar en privado, es decir, "lavar la ropa sucia en casa".
Es cierto que los empresarios en el "ojo del huracán" tampoco son víctimas ni mucho menos, pero la burda estrategia de clausurar una obra después de año y medio, así como un par de manifestaciones masivas en días consecutivos, evidencían una forma de presión muy parecida a las malas prácticas de gobiernos anteriores, esos que tanto criticaron quienes hoy forman parte del "cambio".
En año electoral, de cara a uno de los procesos más decisivos en la historia del país, resulta demasiado peligrosa la estrategia de "la mano de hierro" para imponer decisiones. Apenas inicia la batalla. Veremos quién tienen la razón.