Ryan Seacrest, otro acusado de acoso

Suzie Hardy trabajó entre 2007 y 2013 como la estilista personal del presentador del show de canto American Idol, Ryan Seacrest. En ese tiempo, afirma que sufrió el acoso sexual del animador, según contó a la revista Variety. Lo denunció a la oficina de recursos humanos de canal E!, que le dijo haber investigado el asunto sin hallar evidencias. Fue entonces cuando la despidieron.

El 10 de noviembre pasado, el abogado de Hardy envió una carta al canal y a Seacrest. En ella explicaba que para la mujer el trabajo se convirtió en una "terrible experiencia" porque el animador la sometió a "años de agresiones sexuales no deseadas". La carta refiere que Seacrest, solo vestido con ropa interior, recostaba su pene erecto contra la mujer, le manoseaba la vagina y que, en una ocasión, le golpeó tan fuerte el trasero que le dejó una marca aún visible horas después.

Los abusos pararon en 2013, cuando Hardy lo reportó a Recursos Humanos, pero Seacrest negó en distintas oportunidades las acusaciones de la mujer. El 17 de noviembre, el presentador de E! dijo que el canal investigaba la queja hecha en su contra, que catalogó de "insensata".

Tres meses después, E! dijo en un comunicado que había concluido sus indagaciones de dos meses sin que pudieran hallar evidencia suficiente que sustentara el reclamo de Hardy.

"Mi sentimiento al escuchar eso fue de total exasperación", dijo Hardy, que durante la investigación fue interrogada tres veces por la persona a cargo. "En la tercera entrevista sentí que era obvio que el investigador estaba del lado de Seacrest", agregó al denunciar que el detective nunca entrevistó a cuatro testigos que ella propuso y que podían dar detalles de las agresiones.

El abogado de Seacrest, Andrew Baum, dijo a la revista que Hardy había amenazado a su cliente con contar esta historia si no le pagaba 15 millones de dólares, y que fue entonces cuando Seacrest negó públicamente las acusaciones de agresión sexual. Esta acusación fue desmentida por los abogados de la mujer.

TUVO TESTIGOS DEL ACOSO

Hardy comenzó a ser la estilista de Seacrest en 2007. Antes de ser contratada definitivamente, ella había trabajado para el animador en una sesión de fotografías de la revista Vanity Fair y durante las transmisiones de American Idol. La mujer asegura que fue después de eso cuando le ofrecieron el trabajo con un horario de 10:00 am a 2:00pm, que le convenía para poder estar con su hija y que le garantizaba un sueldo regular.

Luego supo por la asistente de Seacrest, con quien tuvo una amistad, que el presentador estaba interesado en ella románticamente. En la carta del abogado de Hardy, se cuenta que poco después de eso Seacrest comenzó a pedirle que se encontraran fuera del trabajo. En varias oportunidades, dice la misiva, Hardy fue a casa del hombre porque él le pedía que lo ayudara a vestirse; también le llamaba al set de American Idol aún cuando él ya tenía otro estilista en el lugar. En una ocasión, le solicitó a través de su asistente, que estuviera en su casa a las 8:00 pm para ayudarle a poner una corbata, lo que ella se negó a hacer.

Hardy asegura que cuando ella le manifestó su preocupación a la asistente de Seacrest por sus pedidos, ella le respondió aupándola a que fuera a los encuentros con Seacrest y ofreciéndose a cuidarle a su hija.

En la carta se cuenta que el comportamiento de Seacrest se tornó agresivo y más físico durante un incidente en el vestidor de E!, cuando él la abrazó y no la dejó ir hasta que entró su asistente.

En otra ocasión en 2008, el presentador metió su mano en el entrepierna de la mujer y le preguntó: "¿Me vas a demandar?". Ella le respondió: "No si sigo teniendo mi trabajo". Un excompañero de Hardy en E! confirmó a la revista que la mujer le había contado de este incidente cuando ocurrió. Dijo que vio cómo el comportamiento de Seacrest afectaba a Hardy y que también fue testigo de que el presentador empujaba la cabeza de Hardy a su pene cuando esta se agachaba a amarrarle las trenzas de los zapatos.

El mismo compañero de trabajo de Hardy habló a los investigadores de dos incidentes más que le contó en su momento la estilista en el año 2009. El primero, fue cuando Seacrest le golpeó fuertemente el trasero. El segundo fue cuando el hombre apareció una vez más en ropa interior, esa vez con una erección, manoseó a Hardy, la lanzó en la cama del hotel, le brincó encima y se restregó sobre ella. Se detuvo sólo cuando el compañero de Hardy comenzó a gritar.

En otra ocasión en 2010, Hardy estaba atando la corbata a Seacrest y él le preguntó si ya se había acostado con un abogado con el que ella estaba saliendo. Ella le pidió que no le hiciera preguntas sobre ese tema y él le tocó la vagina. Ella cuenta que se fue al baño a llorar y que un asistente de producción se acercó a ella y le ofreció acompañarla para denunciar lo ocurrido a la oficina de recursos humanos, advirtiéndole que de hacerlo podían despedirla. Entonces ella prefirió no denunciar.

En 2013, Hardy fue llamada por Recursos Humanos y le preguntaron por la naturaleza de su relación con Seacrest. Ella, orgullosa, respondió que no tenía ninguna relación, que ella nunca lo había tocado, ni besado, ni tenido sexo con él. Después sí dijo que él la había tocado y contó todo. Luego le informaron que trabajaría una semana después de la ceremonia de los Oscar.

La denuncia contra Seacrest se suma a la ola de denuncias de cientos de mujeres indignadas por hombres poderosos de distintos ámbitos -desde políticos, productores de cine, actores, animadores- que fueron abusivos con ellas y que, en algunos casos, incluso llegaron a cometer violaciones sexuales.

Estas denuncias han motivado el movimiento de resistencia conocido como #MeToo, que ha llevado a millones de mujeres a tomar las calles en distintas protestas no sólo para hacer visible el comportamiento irrespetuoso de estos hombres sino exigiendo un cambio.

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