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Poemas de Chespirito

LETRAS DURANGUEÑAS

ÓSCAR JIMÉNEZ LUNA

MI MEJOR AMIGO

No me pasa inadvertida

esta verdad singular:

yo he tenido que cargar

conmigo toda la vida.

Verdad incontrovertida

que con prendas de egoísmo

se disfraza de heroísmo;

pues hay que tener paciencia

para librar la existencia

cargando con uno mismo.

En ningún momento dejo

de ser yo mi compañía.

Y miro día tras día

al mismo hombre en el espejo.

Tal vez un poco más viejo

y un poco más arrugado.

Más inútil, más cansado,

más sordo, más soñoliento,

más distraído, más lento;

en resumen: más usado.

Pero hay algo singular

dentro de esta situación:

la costumbre da ocasión

para contemporizar.

Por ello he de confesar

que el tanto vivir conmigo

justifica lo que hoy digo

a modo de confidencia:

que a fuerza de convivencia

yo soy mi mejor amigo.

MINERO

Te vas a morir, minero.

Terminó el pequeño y triste

tiempo en que sólo fuiste

morador de un agujero.

Se puede expresar, empero,

una sentencia segura:

que en tu morada futura

no habrá mucha diferencia,

pues la mina fue en esencia

tu primera sepultura.

Ese fue tu triste sino:

al perforar socavones

fueron tus mismos pulmones

guarida del asesino.

Polvo caro...polvo fino...

polvo malo...polvo artero...

Y vas a morir, minero,

sin saber que quien te mata

es el polvo de la plata

que nunca fue tu dinero.

Florinda

Florinda Meza García,

Un nombre, es evidente,

que rima perfectamente

con la palabra “poesía”.

Buen principio, yo diría,

para iniciar el proyecto

de un poema sin defecto

y sin mácula, amén

de que el nombre es también

octasílabo perfecto.

Por si no fuera bastante,

está la palabra “linda”

para rimar con “Florinda”

en perfecta consonante.

Y de modo semejante,

sin alardes de proeza,

resulta obvio que “Meza”

a más de ser apellido,

es palabra que ha servido

para rimar con “belleza”.

Por tanto, sin más problemas,

la décima ya está

con la métrica que va

en semejantes poemas.

Mas ¿por qué tantas faenas?

si para hacer poesía

en realidad bastaría

con eliminar el resto

y escribir tan sólo esto:

“Florinda Meza García”.

EL GORDO Y EL FLACO

Con su atuendo de batalla,

corbata, bombín y saco,

llegan el Gordo y el Flaco,

dando brillo a la pantalla.

Entonces la risa estalla,

pero además se refleja,

que el público no festeja

tan sólo el esparcimiento,

sino también el talento

que resume la pareja.

Pues si el flaco se tropieza

no hay torpeza de su parte,

es el producto de un arte

que sublima la torpeza,

y con la misma destreza

tampoco el gordo fracasa,

cuando su flema retrasa

la ampulosa ceremonia,

con la sutil parsimonia

que es el sello de la casa.

Cómo gozamos aquellos

momentos inolvidables,

simultáneamente amables,

regocijantes y bellos,

y como aprendimos de

ellos,

la pausa justa y precisa,

del humorismo sin prisa.

Tiempo ritmo y cadencia,

en la sin par excelencia

del poema de la risa.

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS palabra, poema, modo, morir,

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