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De instituciones a instituciones

Metáfora ciudadana

LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ÁLVAREZ
"Arte importante de los políticos es encontrar nombres nuevos a instituciones que bajo sus viejos nombres se han hecho odiosas al pueblo." — Charles Talleyrand-Perigord

Tras el asesinato en julio de 1928 del presidente electo Álvaro Obregón; Plutarco Elías Calles, ejecutivo en funciones, decidió continuar con el control político sobre la nación. El 1 de septiembre ese año, en su informe en el congreso sentenció: "... quizá por primera vez en su historia se enfrenta México con una situación en la que la nota dominante es la falta de caudillos, debe permitirnos, va a permitirnos, orientar definitivamente la política del país por rumbos de una verdadera vida institucional, procurando pasar, de una vez por todas, de la condición histórica de país de un hombre a la de Nación de instituciones y de leyes".

En 1929, Calles crea el Partido Nacional Revolucionario que mutaría a Partido de la Revolución Mexicana en 1938 y finalmente, en 1946 adoptaría el nombre que aún conserva: Partido Revolucionario Institucional. Tan fatua fue la idea de acabar con el caudillismo, que el propio Calles tras bambalinas, pero finalmente "caudillísticamente", durante el "maximato" designó y ungió personalmente cuatro presidentes: Emilio Portes Gil; Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez y Lázaro Cárdenas del Rio.

Los promocionales del PRI sobre instituciones supuestamente creadas por él, inciden en la inteligencia y memoria del mexicano de manera burda y hasta vulgar. ¿Cómo entender que el IMSS existe gracias a ellos cuando en infinidad de países su efectividad es real; los patrones pagan mucho menos y los trabajadores nada? ¿Cómo desconocer que los desayunos escolares fueron creados por Estados Unidos en la época de López Mateos para ayudar a niños mexicanos? Si el voto de la mujer nació en 1910 y se instituyó en Europa desde 1918; ¿Por qué a México llegó 35 años después tras una ardua lucha de mujeres muy valiosas? Y, Si la educación gratuita existe en todos los países del mundo y en ellos es moderna y competitiva: ¿Por qué en México se deforma cada sexenio para retroceder como en este?

Entonces: ¿Qué tanto le debemos al PRI como nos restregó en el rostro nacional su actual candidato a la presidencia? ¿Cuáles instituciones si son originarias del PRI?: Las de procuración de justicia utilizadas para persecuciones políticas. Un estado dentro del estado jurídico mexicano como las organizaciones que protegen automóviles ilegales y toleradas porque suman votos. El enriquecimiento de gobernadores que dejan en bancarrota a su estado; organismos electorales muy cuestionados en la administración de los comicios y tribunales amañados para robar la decisión popular.

La institución del saqueo de donaciones humanitarias para reconstrucción de casas destruidas por sismos, y/o arreglos con inmobiliarias que edifican mansiones majestuosas para altos funcionarios, gracias a que un 70% de los contratos públicos de la actual administración se asignaron mediante adjudicación directa. Maquillaje de estadísticas oficiales sobre crecimiento de la pobreza y del trabajo. Falacias en encuestas electorales, subiendo el porcentaje de su candidato que va en caída libre y bajando las de quienes ascienden. Leyes para utilizar las fuerzas armadas para acallar reclamos populares.

Institucionalización del "valemadrismo presidencial" al minimizar cualquier reclamo popular considerándole como "dimes y diretes" y acusando al pueblo de irracional por su hartazgo ante la corrupción. Devaluaciones e inflación, subida de precios de los productos básicos que pauperizan al mexicano dejando cada sexenio millones de pobres, aunque este será excepcional. Experimentación de fraudes electorales tomando estados como conejillos de indias; tal como sucedió en 2017 en Coahuila y EdoMex para preparar el gran fraude de 2018. Y así podríamos continuar con una infinitud de instituciones perniciosas como el pago a "empresas fantasmas" creando estafas maestras.

De estas instituciones algunas fueron creadas aquí y exportadas a otras dictaduras; otras importadas, aunque groseramente mejoradas y así podríamos enumerar tantas más instituciones que no nos asusta perder, sino pavor nos causa conservarlas.

Pero, ¿Qué instituciones quisiéramos en México para el siglo XXI?

Aquellas que tuvieran como concepción de la justicia, la equidad; es decir, una democracia constitucional que lleve como esencia la justicia aplicada a instituciones políticas, sociales y económicas, alimentadas por estructuras básicas de una organización sustentada en la participación ciudadana. Una democracia real basada en lo ético. Instituciones políticas cimentadas en una legislación razonable, sistemática y respetuosa de los derechos humanos. Con una práctica popular que aplique el trinomio: libertad, tolerancia e igualdad. Instituciones donde los ciudadanos sean concebidos como personas intelectual y éticamente dotadas para participar en un sistema equitativo que resulte ventajoso para todos, especialmente para los menos favorecidos, como proponía John Rawls.

Una nación basada en un equilibrio reflexivo: ese que permita concebir a la sociedad como un sistema de cooperación entre personas libres e iguales; donde unas cuantas no disfrutan de un poder absoluto y ventajas legales para enriquecerse con los bienes de otros y/o del estado. Aquella en la que las amenazas, el fraude o el engaño quedan excluidos; esa donde la cultura pública sea la identidad del bien y no la corrupción. Esa donde los reclamos populares sean atendidos y las fuerzas de seguridad utilizadas para defender los derechos.

Escrito en: Metáfora ciudadana instituciones, México, Partido, mexicano

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