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El fraude de los independientes

JESÚS CANTÚ

JESÚS CANTÚ

No por esperada dejó de ser sorprendente la noticia de que casi las dos terceras partes de las firmas (64% para ser precisos) que presuntamente capturaron los aspirantes independientes a una candidatura presidencial, fueron desechadas por la autoridad electoral.

Los tres aspirantes que, habían superado la primera revisión (totalmente automatizada para dar de baja a duplicados y aquéllos que por alguna razón no se encontrarán en la lista nominal o hubiese inconsistencias en sus datos) capturaron un total de 5 millones 379 mil 776 apoyos, de los cuales en la primera revisión fueron eliminados 1 millón 917 mil 793, con lo cual quedaron todavía 3 millones 461 mil 983; pero en la segunda revisión (ahora sí revisando la autenticidad de la credencial de elector) perdieron 1 millón 513 mil 658, para quedar finalmente con 1 millón 948 mil 325.

El resultado de esta revisión fue que la única que obtuvo más de los 866 mil 593 apoyos requeridos, fue la ex panista Margarita Zavala; y quedaron fuera de la boleta (salvo que lo reviertan en la audiencia ante el INE o en su apelación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) Jaime Rodríguez y Armando Ríos Piter.

Para decirlo en términos muy llanos: los apoyos restados después de la primera revisión pueden ser producto de errores humanos (ya fuese que varios auxiliares abordaron a una misma persona o que el ciudadano pensará que su registro estaba en orden y su credencial ya había vencido, entre otras); pero los que fueron dados de baja en la segunda revisión sí tienen muchos indicios de que son producto de fraude (ya sea por la falsificación de credenciales, alteración de fotocopias, entre otros).

La simple existencia de presuntos apoyos que se detectaron en la segunda revisión en cantidades tan importantes como las que se dieron, ya serían motivo suficiente para cuestionar si un aspirante que hubiese recurrido a ello merece o no estar en la boleta, pues hay indicios suficientes para presumir que el aspirante estuvo dispuesto a incurrir en una ilegalidad, en una violación a la ley.

Si el Instituto Nacional Electoral hubiese recurrido a ese argumento tendría que negarle el registro también a Margarita Zavala, pues le detectaron 219 mil 344 registros que se encontraban en estas condiciones, lo cual representan aproximadamente la quinta parte del total de apoyos que habían librado la primera revisión.

El caso extremo fue Armando Ríos Piter quien quedó, al final de las dos revisiones, únicamente con 242 mil 646 firmas válidas, tras de que le fueron invalidadas en la segunda revisión 906 mil 417 apoyos, es decir, casi el 80% de las que habían pasado la primera revisión. Bastaba revisar la evolución de la recolección de firmas para sospechar que se estaba recurriendo a algún método que no parecía muy natural, pues en los primeros 53 días de la recolección de las mismas (del 16 de octubre al 10 de diciembre) apenas consiguió 255 mil 937, es decir, un promedio de 4 mil 829 firmas diarias; pero de ser uno de los más rezagados, repentinamente en el mes de enero repuntó y en los últimos 71 días de levantamiento más que cuadruplicó su promedio y pasó a 20 mil 967 firmas diarias.

Hasta el momento todo indica que el INE hizo una meticulosa revisión y cumplió con su obligación de verificar la autenticidad de los apoyos. Y una vez que concretó la misma se limitó a aplicar literalmente la ley, para evitar otro revés en el Tribunal, pues a los dos aspirantes a los que les negará el registro es por incumplimiento del requisito del número mínimo de firmas. Seguramente en la apelación ante el Tribunal, éste resolverá hacer una revisión (al menos muestral de la labor del INE), lo cual todavía permitirá tener más certeza de lo riguroso y sólido del trabajo.

Sin embargo, la decisión del INE sí puede tener impactos importantes en la contienda electoral, pues contrario a lo que se vaticinaba al inicio en el sentido de que la dispersión del voto podría perjudicar a Andrés Manuel López Obrador, hoy se está en un escenario exactamente contrario, es decir, la dispersión del voto lo puede beneficiar.

En el momento en que la única independiente que queda en la boleta es Margarita Zavala, tres candidatos (Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Margarita Zavala) se están disputando el voto de la continuidad, mientras López Obrador queda en solitario como la opción de cambio. La idea del presidente Enrique Peña Nieto de postular a Meade era precisamente para tratar de arrebatarle una parte de los votos al PAN; pero ahora resulta que los tres tienen su origen en el mismo partido.

El resultado de la revisión del INE es una nueva decepción para la ciudadanía mexicana que ya no tiene muchas alternativas sin explorar, pues primero se pensó que con el cambio de partido en la Presidencia se lograría impulsar el cambio democrático, pero nada pasó; luego, que el problema eran los partidos y los independientes, sí marcarían una diferencia y resulta que recurren a las mismas prácticas fraudulentas.

Faltan tres meses y medio para la elección presidencial y en ese tiempo todavía pueden suceder muchas cosas que cambien el panorama electoral, pero hasta el momento los últimos acontecimientos parecen allanarle el camino al candidato de Morena, que sigue al frente de la encuestas de preferencia electoral.

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