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Examen de conciencia

Pura Intuición

RAFAEL ALARCÓN

Hoy vivimos bajo el principio de la acelerada carrera de vida que hace que cada día la convivencia familiar es más escasa, denotada pérdida de valores, crisis de tiempo, time of café, desayunos redes sociales etc. lo que hace que vivimos más que una evolución sistémica, hoy se vive una involución es decir un retroceso o un quebranto en las formas de vida.

Sin embargo es bueno seguir el espíritu que la iglesia nos pide en estos días que es la reflexión, la autorreflexión de penitencia y de perdón. En esta época de semana santa es una época importante para el mundo católico y aprovechando la ocasión para hacer una reflexión aplicable a política y a los negocios y empresarios sin importar la religión

Es recomendable hacer examen de conciencia aquellos que por su propia naturaleza guían al pueblo o al menos deben de tener una vocación de servicio como esencia fundamental de su puesto o responsabilidad social de su trabajo.

Existen temas que seducen desde el primer instante, que perturban nuestra mente desde el punto de despertar al análisis, hasta llevarnos a un sinfín de alucinaciones y fantasías de todo tipo. Este es uno de ellos, por el que inconscientemente nos vemos atraídos debido a la curiosa característica que tiene el ser humano por encapricharse, o interesarse, en lo que se cataloga como prohibido.

Otra opción es que al escuchar la palabra PECADO, nuestro cerebro se predispone a un estado de alerta estimulado, quizá, desde tiempos ancestrales en que esta palabra se clasificó como una transgresión voluntaria a la ley divina, misma que causó revuelo inicialmente en el siglo XII, cuando el Concilio de Verona dispuso que los obispos instituidos en jueces podían dar rienda suelta a uno de los mayores delitos de la Iglesia, la Inquisición.

Etimológicamente, la palabra pecado proviene del latín Capitalis, que significa principal, por tal, "Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable de manera tal que en su deseo, el hombre comete pecados, todos los cuales son originados en aquel vicio como su fuente principal" (Santo Tomás II-II:153:4)

En esta ocasión trataré el primero de estos controversiales temas. Durante mucho tiempo, el pecado quedó reducido a la esfera de las ideas religiosas, en específico, los pecados capitales fueron una clasificación de vicios enseñados en las primeras enseñanzas cristianas católicas, para educar e instruir a sus seguidores en el área de la moral. Lo que más tarde dio pie al uso de palabras como falta, delito y ofensa, homónimos creados por leyes y normas del hombre.

Pero siendo realistas, ¿será verdad que los pecados capitales sólo competen al ámbito religioso? Lo menciono porque si algo aprendemos de niños, en las clases intensivas de catecismo, es que este tema no se refiere al típico coco-wash al que estamos acostumbrados, más bien me parece que es un tema de ámbito artístico, social y principalmente moral, sobre todo porque la representación de dichas faltas no sólo es materialmente, sino también de forma imaginaria y espiritual.

La concepción de empresas y negocios, como organizaciones orgánicas y vivientes, organizadas alrededor de sus miembros y funcionando como microcosmos; sujetos a desequilibrios funcionales en su psicología colectiva y receptivos a la terapia.

Pecados de Políticos y funcionarios: No rendir cuentas como usan el dinero; Hacer obras chafas y tardadas; Privilegiar a la compañía del compadre; Gastar ineficientemente; Resolver problemas con comités y no ejecutando soluciones; Robar al erario y pedir moches enriqueciéndose explicablemente; Alzheimer sobre compromisos y promesas; Privilegiar la lealtad sobre la eficiencia y Gastar en su imagen en lugar de obras.

Pecados de los empresarios: Elegir la idea del jefe y no la mejor; Aplastar a los que se atreven a cuestionar; Castigar al que intenta y falla; Buscar crecer con grilla y no con trabajo; Desconocer lo que sucede en la industria global; Ignorar comportamientos no éticos cuando estos no son rentable; Privilegiar la utilidad de corto plazo por la salud a mediano plazo; Ignorar quejas y sugerencias de los clientes y Burocratismo y planeación excesiva.

Conclusión: Es mi intuición que si se detecta un pecado en su persona u organización usted mismo póngase la penitencia. Si no el mercado, la deserción religiosa, o el voto lo harán por nosotros.

"En un mundo de ladrones el único

Pecado es la estupidez"

Hunter S. Thompson

Periodista americano

Escrito en: RAFAEL ALARCÓN Pura Intuición Privilegiar, pecado, palabra, estos

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