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A unos ojos verdes de San Miguel del Cantil

LETRAS DURANGUEÑAS

A unos ojos verdes de San Miguel del Cantil

A unos ojos verdes de San Miguel del Cantil

MARIO JIMÉNEZ FLORES

Querida y estimada Margarita:

Después de remover las hojas del tiempo, abrí el cajón más alto del archivero, y encontré una nota con tu nombre y una fecha: viernes 26 de marzo, escrita en San Miguel del Cantil. Pregunté por ese lugar. Es un pueblito de Santiago Papasquiaro en la sierra de Durango, dicen que hay oro y plata, y que el agua y los frutos de la tierra guardan esos metales, y que a la gente que nace allí, el oro se les acumula en el corazón, y la plata en el alma, como si llevaran dentro el sol y la luna; sí, lo creo, porque aquí en Durango, dicen que los dientes se manchan por el agua que contiene hierro del Cerro de Mercado. Cuentan que en ese pueblito, el cielo es muy luminoso y muy azul, y que se torna azulverde por los pinos tan altos, y cuando un recién nacido abre los ojos por primera vez, se refleja en ellos ese paisaje, y que si es curioso y no los cierra ni llora, el color que ve, se le queda grabado para siempre; también lo creo, porque hasta la ropa hace que cambie el color de los ojos. La nota dice que ese día ibas a nacer tú, y en mayúsculas: “DE LO DE BONITO SE DA POQUITO”, no sé si se refiere a que ibas a ser poquito bonita o iban a ser poquitas como tú. ¡Ah! me olvidaba, tiene un nombre, ¿no te extraña?, es que como el campo está muy hermoso y alegre por que llega la primavera, la gente ofrece su fruto y elijen una flor para que sea el nombre de su retoño; entonces pudo haber sido: hortensia, violeta, jazmín, azucena, lila o rosa, yo creo que lo traías desde antes.

Entre esas hojas del tiempo está un certificado de primaria de la escuela en honor de los Niños Héroes, y un resumen del libro “Corazón, diario de un niño”, que te regalaron en la librería “La Vida es Bella”, y en que conociste cinco historias y cuentos de niños. Debe haberte atraído mucho la cultura griega porque estudiaste en la Academia Hércules. No quise hurgar más, solo leí una carta de recomendación de la dueña de una lechería, tu primer trabajo, y tu primera ilusión cuando prendiste el “pabilo” de la veladora de San Antonio. Yo no había dado importancia al cuento de La Cenicienta, hasta el día en que, quien recibió un regalo de tu parte dijo << Fueron mis primeros zapatos de tacón, eran color negro con un moñito en el frente<<, algo de sentimental tienen los zapatos, pues cuando fuiste al cine a ver “Cantando bajo la lluvia”, al llegar a casa quien te abrió la puerta y vio tus zapatillas, soltó el llanto.

El tiempo no existe si no hay acción y movimiento, y que importante fue tu tiempo en el Centro Financiero, un trabajo cotizado y prestigioso, y de allí a la Granja, aún con sus tesoros, a la sazón El Ensueño. ¡Qué cambio!, del mundo de negocios, ahora a tratar con alumnos, hablar de ganado, abejas y tractores, pero fue mejor, estar cerca de la naturaleza te hizo más agradable la vida. Luego te fuiste a fundar la Fuente Verde del Saber, ¡Oh, que de aventuras ese tiempo!, la mísera carretera, inundaciones, nevadas, tormentas, “frillazos”, calorón, hasta que un día apagaste la computadora, tomaste tu bolso y les dijiste adiós, y allí está tu lugar, nadie lo ocupa, no hay vacío, quedó tu imagen, la forma de ser y de actuar tan constante y tan tuya, cubre la ausencia.

Si te preguntas quien soy yo; te diré, soy Cronos, y me di tiempo, para escribirte esta carta, y ordenar las páginas de tus días, ahora encuentro las que dicen que eres abuelita, mamá, esposa, hermana, amiga y muchas cosas más. Y todo con esa energía tan poderosa que mueve el Universo: el amor.

Y allí está, el oro latiendo y la plata de tu alma brillando en el cielo tan hermoso de Durango. Y el color de los pinos y el cielo del Cantil, grabado en el iris de tus ojos. ¡Ah me olvidaba!, la flor de tu nombre, un símbolo mágico de los enamorados: “¿me quiere?, ¡no me quiere!”.

Bueno, me despido. El pasado, el presente y el futuro, se concentran en el día veintiséis de marzo, y por eso te escribo estas líneas, esperando que sean muchos días como éste, con todas las personas que quieres, y que te quieras tú también.

DURANGO, 26 DE MARZO DE 2018.

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS Durango,, nota, dicen, gente

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