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ARMANDO FUENTES AGUIRRE (CATÓN)

Jean Cusset, ateo con excepción de cuando enferma, dio un nuevo sorbo a su martini, con dos aceitunas, como siempre, y continuó:

-Hombres perversos que se dicen hombres de Dios nos han inspirado el miedo a la muerte. Peor aún: han puesto en nosotros el temor a la vida, y nos han impedido hacer de ella ocasión de felicidad, pues nos la han presentado como lugar de continuo dolor y sufrimiento en vez de proclamar la alegría de la buena nueva.

-Tener miedo de morir -siguió diciendo Jean Cusset- es como tener miedo de vivir. Si buscamos un mejor magisterio que el de aquellos hombres, el magisterio de un árbol, por ejemplo, aprenderemos que a la apariencia de la muerte sigue siempre la verdad de la vida que siempre vuelve a comenzar. La mejor predicación, entonces, será la que nos hable del triunfo de la vida sobre la muerte, de la fe sobre la duda, de la esperanza sobre la desesperación.

Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini, don dos aceitunas, como siempre.

¡Hasta mañana!...

Escrito en: Mirador Jean, miedo, siempre, sorbo

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