Pactan contra la corrupción
Presidentes participantes de la VIII Cumbre de las Américas cerraron filas contra la corrupción hemisférica, con un posicionamiento que promueve ejecutar un estricto control de "ingresos y gastos" de organizaciones y partidos políticos, "principalmente en campañas electorales", para garantizar el origen lícito de los aportes financieros y sancionar la recepción de contribuciones ilícitas.
Al aprobar el Compromiso de Lima los gobernantes abogaron por impulsar la "transparencia fiscal", la rendición de cuentas y prevenir la corrupción en obras, contrataciones y compras públicas.
También, avanzar en la cooperación jurídica internacional para combatir el cohecho, el soborno internacional, el crimen organizado y el "lavado" de activos, así como la adopción o fortalecimiento de medidas para permitir el embargo preventivo, la extinción de dominio, la confiscación de activos producto de la corrupción; la evasión fiscal, el lavado de activos y los flujos financieros ilícitos.
El documento se identifica como el Compromiso de Lima y pretende restringir el acceso a cargos públicos de personas condenadas por corrupción, controlar el financiamiento a partidos políticos y campañas electorales, tener más transparencia, acceso a la información, protección de denunciantes y defensa del trabajo de los periodistas y personas que investigan casos de corrupción en la región.
Desencanto internacional
Aun cuando siempre estuvo presente en las declaraciones finales de las siete cumbres de las Américas previas, la palabra "corrupción" espera tener a partir de la edición de Lima un compromiso de acción.
Pero hay quienes creen que todo seguiría igual en el futuro inmediato, como ha ocurrido desde la primera edición hace 24 años, en Miami, en que "corrupción" apareció por primera vez en la declaración final.
Uno de los países más entusiastas en que se establecieran acciones en la lucha contra la corrupción ha sido Perú.
El presidente Martín Vizcarra recordó que él mismo era fruto de una de las crisis políticas más graves que ha tenido el país, derivado justamente de la corrupción y que llevó a la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczinsky.