Copperfield revela el secreto de uno de sus trucos tras una demanda

Se dice que un mago nunca revela sus secretos, esto hasta que la justicia se lo exige. Esto sucedió recientemente a David Copperfield, cuyo equipo de trabajo tuvo que detallar cómo se hace posible un truco de desaparición luego de recibir una demanda en su contra.

Se trata de una demanda por negligencia de parte de un hombre británico que insiste fue gravemente herido durante un show en Las Vegas de Copperfield.

El truco en cuestión se denomina ‘Lucky 13’ y consiste en que 13 personas son encerradas en una jaula que luego es elevada. El mago pone una cortina sobre la jaula y cuando la quita, las personas han desaparecido. Los voluntarios luego aparecen en la parte posterior del lugar, detrás de la audiencia.

Hace cinco años uno de esos voluntarios fue Gavin Cox, que resbaló y cayó durante el truco. Cox llevó a Copperfield a juicio y ahora el productor ejecutivo de la puesta en escena, Chris Kenner, tuvo que revelar al jurado el secreto detrás de truco.

De acuerdo con The Guardian, Kenner explicó que los miembros del personal guían, con ayuda de linternas, a los participantes voluntarios a través de cortinas secretas y pasillos que los llevan desde el escenario hasta el fondo del teatro. Todo debe suceder apresuradamente para que las personas lleguen a tiempo a la parte posterior del reciento, para ‘reaparecer’ al final de la ilusión.

Benedict Morelli, abogado de Cox, señala que su cliente sufrió una caída durante su participación en el truco, que le provocó varias lesiones corporales, como un hombro dislocado y una lesión cerebral traumática.

Durante el juicio, el abogado también preguntó a Kenner, cuya compañía Backstage Employment and Referral Inc. también figura en la demandada, si Copperfield o el personal evaluaron la condición física y calzado de las personas participantes elegidas de la audiencia. Kenner negó que la ruta por la que se lleva a las personas sea peligrosa.

“Mi cliente no sabía nada, estaba en medio del truco cuando le dijeron: levántate, ven conmigo. Mi cliente lo describe como ‘un conejo que sale de un agujero’. Los voluntarios debían salir apresuradamente de sus asientos mientras el telón estaba levantado y se abrieron paso a través de un pasillo secreto y un área al aire libre que los llevó de regreso al teatro, una ruta oscura y desconocida para los participantes, quienes también tuvieron que lidiar con una pendiente, polvo y escombros de una construcción”, insiste Morelli.