Siglo Nuevo

El extravío de la audición

12 de cada 100 mexicanos tienen problemas de oído

El extravío de la audición

El extravío de la audición

Fabio Pérez Vázquez

La merma auditiva puede ser leve, moderada, grave o profunda. Afecta a uno o ambos órganos laterales y representa dificultad para atender situaciones elementales como las conversaciones con nuestros allegados.

Una condición que puede aparecer a consecuencia de otras afecciones, de algún traumatismo o de un factor genético. Suma entre sus víctimas a más del 5 por ciento de la población mundial, cerca de 466 millones de personas, de esa cantidad 34 millones son niños. La estimación de la comunidad sanitaria es que, para 2050, más de 900 millones, uno de cada 10 terrestres, sufrirá una pérdida de audición discapacitante. La desventaja sonora ya la padece una tercera parte de los mayores de 65 años.

De acuerdo con información del INEGI, cerca del 12 por ciento de los mexicanos tiene algún tipo de discapacidad que le impide escuchar bien.

Una persona anda mal del oído cuando no oye como un individuo cuyo sentido acústico es normal. En términos técnicos, la normalidad implica recibir las vibraciones del sonido en un umbral, en ambos oídos, igual o superior a 25 decibeles (unidades para medir la potencia de los ruidos).

La pérdida de audición discapacitante se presenta cuando el paciente requiere, en el caso de los adultos, 40 decibeles en el oído con mejor audición y más de 30 en el oído con mejor funcionamiento en los niños.

La merma auditiva puede ser leve, moderada, grave o profunda. Afecta a uno o ambos órganos laterales y representa dificultad para atender situaciones elementales como las conversaciones con nuestros allegados.

No atenderse una pérdida de audición tiene un coste elevado. La Organización Mundial de la Salud estima que cada año es la causa de pérdidas por 750 mil millones de dólares a nivel planetario.

/media/top5/SNsaludSordera2.jpg

Foto: Archivo Siglo Nuevo

¿CÓMO SE DA?

Las causas pueden manifestarse desde el momento del nacimiento o poco después. Factores hereditarios y no hereditarios toman parte, eventos indeseables durante el embarazo y el alumbramiento, males como la rubéola materna, la sífilis y demás.

Nacer de parto prematuro y/o con bajo peso incide, lo mismo que el uso inadecuado de ciertos medicamentos o una ictericia (exceso de bilirrubina en la sangre) grave durante el período neonatal.

Las causas adquiridas provocan la disminución del sentido a cualquier edad. Hablamos de cuestiones como un diagnóstico de meningitis, sarampión o parotiditis; de una infección crónica del oído. La presencia de líquido en el órgano auditivo y el efecto de algún medicamento empleado para tratar contagios de recién nacido, el paludismo, la tuberculosis farmacorresistente, algunos tipos de cáncer, traumatismos craneoencefálicos o de los oídos son otros integrantes del catálogo de causas adquiridas.

En la esfera social, la exposición a ruido excesivo y los entornos laborales con maquinaria estridente o explosiones (la construcción) pueden afectar el funcionamiento de nuestras antenas receptoras.

Exponerse a sonoridades muy elevadas al realizar actividades recreativas y usar aparatos de audio personales con un volumen desmedido son otras prácticas con potencial para restarnos el sentido.

El envejecimiento, con la degeneración de las células sensoriales, es un factor más para explicar la sensorial debacle. Otra es la obstrucción del conducto auditivo por un tapón de cerumen o un cuerpo extraño.

CONSECUENCIAS

Tener limitada la capacidad de comunicación no es un asunto que deba tomarse a la ligera. En los niños, una pérdida de audición sin atender puede retrasar el desarrollo del habla.

La infección del oído más común, la otitis media (inflamación derivada de la presencia de líquido), puede tener efectos muy perjudiciales en el rendimiento escolar. Las personas con merma sonora suelen consolidar mayores índices de fracaso escolar y requerir más asistencia educativa. Un aprendizaje óptimo reclama que los niños con problemas para escuchar tengan acceso a un tratamiento adecuado. La vida cotidiana exige estar en condiciones de lograr una comunicación efectiva. La pérdida auditiva abre la puerta a sensaciones de soledad, aislamiento y frustración, sobre todo en las personas mayores.

Los 750 mil mdd en consecuencias económicas son el resultado de sumar los costes en los sectores sanitario (sin incluir el gasto en dispositivos de ayuda), social y educativo, y por concepto de pérdida de productividad.

En los países en desarrollo los niños sordos rara vez son inscritos en la escuela; los adultos que no oyen bien dan forma a una alta tasa de desempleo. Una gran proporción de quienes padecen disminución acústica y tienen empleo ocupan puestos inferiores en comparación con la fuerza de trabajo en general.

/media/top5/SNsaludSordera2.jpg

Foto: Archivo Siglo Nuevo

TRATAMIENTO

Los recursos médicos disponibles pensando en prevenir, detectar y tratar la pérdida de audición no son caros y sus efectos resultan muy beneficiosos. La condición de las personas cambia, su umbral de audición mejora gracias a la detección temprana. Dispositivos como audífonos e implantes cocleares son un magnífico apoyo cuando llegan a pacientes cuya afectación es entre leve y grave.

Una categoría más allá, el individuo entra en los terrenos de la sordera, escuchan muy poco o prácticamente nada. Es común que para comunicarse empleen el lenguaje de signos.

Seis de cada 10 casos de pérdida de audición en niños son evitables. En general, la mitad de los casos de merma en el sentido sonoro puede prevenirse mediante acciones de salud pública.

Hablamos de adoptar medidas para que los infantes no contraigan la parotiditis, el sarampión, la rubéola, la meningitis; que no sufran infecciones por citomefalovirus o la nociva presencia de una otitis media crónica. Se pueden aplicar vacunas a los niños, a las adolescentes y mujeres en edad fecunda, antes de que se embaracen.

Anticiparse también es, entre otras cosas, que los profesionales sanitarios atiendan con pericia situaciones como la asfixia del parto.

Combatir el mal acústico también pasa por evitar el uso de algunos medicamentos que pueden ser nocivos para la audición y por reducir la exposición a ruidos fuertes tanto en el trabajo como en el hogar y en las horas de esparcimiento.

La detección y la intervención a temprana hora son aliadas invaluables a la hora de minimizar las consecuencias de la pérdida del sentido sonoro en el desarrollo y los progresos lingüísticos y escolares del niño.

CONTACTO: [email protected]

Escrito en: audición, pérdida, pueden, oído

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Siglo Nuevo

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas