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¿Una opción al TLCAN?

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¿Una opción al TLCAN?

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OMAR ORTEGA SORIA

Hace poco más de 14 años entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y definitivamente muchas cosas han cambiado: la llegada de Trump a la Presidencia de los Estados Unidos provocó una nueva etapa de proteccionismo, al punto de que hoy el TLCAN se está renegociando; mientras que en nuestro país, la mayoría está de acuerdo con las bondades del libre comercio, situación muy irónica, ya que hace 14 años era lo contrario, cuando muchos veían como una gran amenaza integrarnos con nuestros vecinos del norte.

Por lo pronto, ya tenemos tratados de libre comercio con 46 naciones, somos el décimo tercer exportador más importante del mundo, se producen manufacturas de alto valor agregado, entre ellas, turbinas, electrodomésticos y vehículos, sin embargo, también es un hecho que es necesario seguir diversificando y ampliando nuestras relaciones con el mundo.

El resultado del próximo proceso electoral y el proceso de renegociación del TLCAN han agregado incertidumbre en las inversiones extranjeras, por lo que México ha dejado de ser un mercado seguro, de ahí la importancia de seguir reforzando nuestros mercados, sobre todo en el nuevo concierto internacional.

Para esto el TPP, o Tratado de Asociación Transpacífico se había convertido en una excelente iniciativa, por lo menos hasta antes de que Estados Unidos, en su nueva etapa proteccionista decidiera salirse, el TPP original abarcaba un mercado de 816 millones de personas con el 36 % del PIB mundial, mientras que ahora el CPTPP contempla 495 millones de personas y 13 % del PIB mundial.

A pesar de esto, los Senadores ratificaron el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, convirtiendo a nuestro país en el primero en hacerlo y estando pendiente que lo hagan Australia, Brunei, Chile, Canadá, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam; y hay hechos interesantes, otros buenos y muchos preocupantes.

Lo interesante, es que se deja una ventana abierta para que Estados Unidos pueda regresar, ya que incluye las reglas que negoció nuestro vecino, y que ahora están en suspenso, situación que tarde o temprano se revertirá, ya sea por sus intereses geopolíticos para enfrentar el crecimiento de China o sencillamente con el cambio de opinión de Trump.

Lo bueno, es que como todos los tratados de libre comercio, harán que los países se especialicen en producir aquello para lo que son más eficientes, por ejemplo nuestro país podría tener ventajas en la venta de cítricos para Japón, o para la exportación de carne. También es bueno que el tratado incluye plazos de desgravación de hasta de 16 años, cupos, reglas de origen específicas y medidas sanitarias.

Lo preocupante será para las industrias textiles, del vestido y del calzado, ya que se tendrán que enfrentar con Vietnam y Malasia, quienes tienen salarios muy bajos y excelentes niveles

De productividad; por lo que las autoridades fiscales y aduaneras tendrán que reforzar sus esfuerzos para evitar la competencia desleal, quienes evaden el fisco a través de empresas fantasmas y que compiten con precios que están por debajo del mercado

Por último, también es preocupante que no se mencione nada sobre el cambio climático y que exista la amenaza de que muchas de las grandes inversiones irán a países donde haya salarios más bajos. A punto de cerrar el periodo de sesiones en el Congreso de la Unión, este será uno de los muchos temas que pasará desapercibido.

Twitter: @omarortegasoria

Escrito en: Pulso Legislativo libre, Tratado, muchos, Estados

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