Más gente como Don Lorenzo necesita Durango
Desde hace más de 27 años, Don Lorenzo Cepeda Rodríguez realiza diariamente su oficio como cartero del Servicio Postal Mexicano, empresa gubernamental a la que conocemos como Correos de México. Su labor, recorrer todos los días las calles de Durango para repartir a domicilio documentos, recibos bancarios y telefónicos, también algo de paquetería.
Hace aproximadamente una semana, poco más, Don Lorenzo se encontró un celular tirado en la calle, a punto de que un vehículo lo pisara con las llantas. Lo recogió, y al lograr conectarlo a la energía eléctrica hizo varios intentos hasta que finalmente logró comunicarse con sus dueños. Ofreció regresarlo y lo hizo, sin pedir nada a cambio.
Ayer tuve la oportunidad de conocer a Don Lorenzo, un gran ser humano. No creí que fuera real que una persona con necesidades económicas como la mayoría de los duranguenses las tenemos, decidiera regresarnos el celular de mi hija sin poner condiciones, por respeto a los valores con los que fue formado, los mismos con los que ahora da el ejemplo a sus hijos.
Sin duda, más duranguenses así necesitamos para recuperar la confianza en lo que podemos hacer por mejorar nuestra comunidad, pues estoy convencido que el cambio verdadero no lo ofrecen ni lo garantizan los políticos o los gobiernos, sino las personas una vez que nos decidamos a dejar de hacer las cosas para nuestro beneficio y nuestra ventaja.
Y es que, a propósito de Don Lorenzo y su honestidad para hacer las cosas bien sin pedir siquiera el merecido reconocimiento que le hice ayer en el portal de En Vivo Durango, y que le hago ahora en esta columna, su testimonio contrasta con varios episodios que en los últimos días están presentes en la agenda pública local. Por ejemplo:
1.- Ayer, el Cabildo de Durango aprobó instalar una fábrica de mezcal en pleno Centro Histórico, algo que va contra la normativa del uso de suelo en el Primer Cuadro de la ciudad. Desde hace dos meses se intentó promover esta autorización al seno de la Comisión de Desarrollo Urbano, con el rechazo recurrente de varios de los regidores, sobre todo priistas.
Los ediles del PRI abandonaron la sesión al enterarse que fue incluido el punto en el orden del día, pues a su juicio contraviene las leyes y los reglamentos vigentes en Durango, y el segundo detalle que reclaman es que la autorización con supuesto favoritismo se debe a que la propietaria de la empresa mezcalera denominada El Chato, es funcionaria municipal.
Regidores priistas consultados afirman que hay conflicto de interés en la irregular aprobación de una fábrica de destilación en pleno Centro Histórico, con uso de suelo residencial y comercial, en su caso, ya que la dueña de la marca según ellos es la Secretaria Técnica de la Dirección Municipal de Fomento Económico (DMFE), Alejandra Anderson.
Hay un elemento adicional que agregan a este expediente, y es el hecho de que en abril del presente año se inauguró la llamada Casa del Mezcal y el Artesano, un espacio que se supone es para que los mezcaleros locales puedan exponer sus marcas y productos, y donde además opera un restaurante operado por los dueños de la empresa Mexcalli.
El proyecto la Casa del Mezcal y el Artesano ha tenido impulso con recursos públicos del Gobierno Municipal, y los ediles priistas afirman que la encargada de operar dicho proyecto ha sido desde el inicio la misma Alejandra Anderson, con respaldo de Fomento Económico y el Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC).
La duda por la que los regidores no están de acuerdo en que se meta dinero público a proyectos particulares de esta manera, es porque no está claro bajo qué reglas opera la presencia del Gobierno Municipal en dicha institución, a lo cual ahora se suma la autorización de una fábrica en pleno Dolores del Río, entre Negrete y 5 de Febrero.
2.- Con anterioridad hemos dado a conocer en nuestras redes sociales otro caso que ha despertado muchísimas suspicacias, ya que al Estado bajó un recurso del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) por varios millones de pesos para beneficiar a proyectos de ecoturismo, con la modalidad de financiamiento a fondo perdido para la construcción de nuevas cabañas.
Hasta ahí todo va bien y suena excelente, sin embargo, el escándalo que hemos estado informando radica en que la lista de los beneficiarios incluyó al proyecto de Otinapa Sierra Camps, propiedad del Subsecretario de Planeación de la Secretaría de Turismo, dependencia que ayudó a palomear a los centros ecoturísticos que se beneficiarían con este recurso, por el orden de 1.5 a 2 millones de pesos por empresa.
Lamentablemente la misma dosis y la forma de operar desde el gobierno en beneficio en empresas particulares propiedad de funcionarios o amigos de los gobiernos en turno, es la que tanto se criticó en el pasado y por la cual incluso se abrieron sendas carpetas de investigación para castigar todo lo que oliera a corrupción en el pasado régimen.
Hoy, historias similares a éstas, que se prestan a malas interpretaciones o que inclusos podrían ser vistas como algo irregular, se hacen cada vez más comunes y empiezan a brotar por todas partes en los tres órdenes gubernamentales.
Por eso la importancia de aprender del pequeño gran ejemplo de Don Lorenzo Cepeda Rodríguez, el humilde cartero del Servicio Postal Mexicano, que pudo haberse quedado con un celular ajeno, venderlo, regalarlo a alguno de sus hijos o pedir recompensa por regresarlo, y que no lo hizo, por el simple hecho de saber que hizo lo correcto al regresarlo. Felicidades. Más gente como Don Lorenzo necesita Durango, la verdad.