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La eliminación del fuero que no fue

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La eliminación del fuero que no fue

La eliminación del fuero que no fue

OMAR ORTEGA SORIA

Durante muchos años se ha discutido la pertinencia del fuero, en un inicio era considerado muy útil para lograr el equilibrio de poderes, para la libre expresión de los legisladores y para evitar que los servidores públicos fueron atacados con fines políticos por cualquier denuncia, sin embargo, es también obvio que ha sido una institución de la que se ha abusado.

Hay que reconocer, que en unos inicios fue una herramienta fundamental, sobre todo cuando contábamos con un sistema caudillista, en donde era frecuente que los adversarios políticos, si no eran asesinados, por lo menos si eran encarcelados; es decir, el fuero estaba ahí para proteger a quienes opinaban distinto.

Sin embargo en el trascurso de los años, evolucionó a una figura que contemplaba 15 cargos federales, más múltiples autoridades locales, convirtiéndose en una figura de privilegios; es decir, pasó a ser un instrumento de protección para evitar ser consignados por faltas administrativas hasta para evitar ser procesados por delitos del fuero común o federal.

En más de una ocasión, con las pruebas más irrefutables se solicitó sin éxito el desafuero de algunos legisladores y servidores públicos para que respondieran por señalamientos que iban desde actos de corrupción, hasta la vinculación con el crimen organizado, y en incontables veces, todo quedó a consideración de las negociaciones entre los bloques parlamentarios y los grupos gobernantes.

Dado el descontento social que hay contra todo lo que huela a clase o partido político, el fuero se convirtió en uno de los monstruos del sistema, siendo uno de los elementos que le suma a la pésima imagen que tienen los legisladores y los servidores públicos. Para muchos, el fuero es una especie de patente de corso de la clase política.

A raíz de esto, a nivel legislativo, desde hace muchos años ha sido una bandera recurrente, incluso ya ha desaparecido en trece Estados, de los que por cierto Durango no es parte. A nivel federal, fue muy llamativo el esfuerzo que hicieron los Diputados para desaparecer el fuero, motivados por el compromiso del candidato presidencial del PRI.

Básicamente lo que lograron los Diputados fue que todos los servidores públicos al ser investigados por algún ilícito, podrán ser sujetos a juicio aun y cuando estén en el ejercicio de su encargo; mantiene la inviolabilidad de opiniones de los legisladores, al mismo tiempo que conserva que el Presidente de la República pueda ser sujeto a juicio político.

Sin embargo, el periodo de sesiones no fue el suficiente para que los Senadores pudieran refrendarlo, dado el inminente proceso electoral y clima post 1 de julio, se quedará congelada en la Cámara Alta, pero, ¿qué fue lo que pasó?, tomando en cuenta que todo aparentaba que estaba listo.

Los Senadores, aunque estaban en términos generales a favor de la reforma, alegaron deficiencias técnicas, por ejemplo al no contemplar a los síndicos, ni al precisar el método para enjuiciar al Presidente de la República. En pocas palabras, lo que pudo ser una de las grandes reformas de la actual legislatura, quedó a medio camino: faltó tiempo, pero sobre todo, no hubo disposición.

Twitter: @omarortegasoria

Escrito en: Pulso Legislativo fuero, servidores, evitar, públicos

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