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Cifras de lectura y lectura de cifras

México en las mediciones de hábitos por escrito

Cifras de lectura y lectura de cifras

Cifras de lectura y lectura de cifras

Iván Hernández

Raymond Mar y Keith Oatley, de las universidades de York y de Toronto, en Canadá, afirman que el buen lector de literatura gana en autocrítica y en entendimiento, además de que puede cuestionar mejor las opiniones, creencias y actitudes de los demás.

El porcentaje de lectores de 18 y más años en México disminuyó en más de siete puntos porcentuales en los últimos tres años. Esta dato se desprende del Módulo de Lectura (Molec), según el cual, los mayores de edad que dedicaron algún tiempo a leer eran un 84.2 por ciento en febrero de 2015 contra un 76.4 por ciento obtenido en febrero del año en curso.

Al presentar los resultados del Molec, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) destacó que 45 de cada 100 personas declararon haber leído al menos un libro. Hace tres años eran 50 de cada 100 personas las que habían agotado al menos un volumen letrado.

La proporción de hombres que afirmaron haber fatigado algún material considerado por el módulo es mayor a la de su contraparte femenina: 80.1 de los varones y 73.1 por ciento de las mujeres.

En cuanto a la lectura por tipo de material, el 53.1 por ciento de los hombres declaró haber revisado al menos un periódico en la semana anterior a la de la entrevista; las respuestas de mujeres que hicieron lo mismo alcanzaron un 28.8 por ciento.

Los varones también superan a las mujeres en la lectura de páginas de Internet, foros o blog, así como en historietas.

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Foto: INEGI/MOLEC

En materia de libros, 46.5 por ciento de las lectoras respondió que en los últimos 12 meses leyó alguno; tres puntos porcentuales más que en el caso de los hombres (43.6 por ciento).

Otra diferencia de tres puntos se consignó en la lectura de revistas: 35.4 por ciento del lado femenino contra 32.6 por ciento del lado masculino.

En el desglose de libros consumidos por temática los más citados fueron los de literatura, con 40.8 por ciento, seguidos de los libros de texto, ya fueran para uso universitario, materias específicas o profesiones en particular, con 33.6 por ciento.

Los volúmenes de autoayuda, superación personal y religión se hicieron presentes con 28.2 por ciento de las preferencias; en el ámbito de la cultura general se aglutinó el 23.4 por ciento de las respuestas. Manuales, guías o recetarios y otros reunieron el 7.5 por ciento de las menciones.

Por temática, las revistas que más leen los mexicanos son las de entretenimiento, 38.2 por ciento; publicaciones especializadas, técnicas o científicas, ocuparon la segunda plaza con un 26.8 por ciento; las de bienestar o salud (23.2 por ciento), y las de cultura general o temas de interés (20.9 por ciento) completan los grupos destacados.

Aun con el incremento en el uso de las tecnologías de la información, subrayaron en el instituto de estadística, se observó una preferencia por la lectura de ejemplares físicos de libros, revistas o periódicos: el 84.9 por ciento prefiere libros impresos; 89.0 por ciento busca el formato impreso de revistas y 91.6 por ciento se decanta por los rotativos impresos.

No obstante, la población que lee en formato digital se incrementó de un 5.1 por ciento a un 10.7 por ciento entre 2015 y 2018.

Los mexicanos leen, más que nada, “entretenimiento”; degustar con los ojos un diario se asocia más al interés por “cultura general”.

Las razones más citadas para justificar el desapego hacia el lenguaje escrito fueron: falta de tiempo (45.6 por ciento), falta de interés (24.4 por ciento) y preferencia por realizar otras actividades (14.8 por ciento).

El Molec, según sus ejecutores, tiene como fin contribuir al diseño de políticas públicas orientadas al fomento de la lectura.

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Foto: The Beauty Load Blog

EL ALFABETO

El pendiente mexicano en materia de hábito lector va de la mano con el analfabetismo. En el Inegi indican que si bien la educación básica (primaria y secundaria) llega cada vez a más lugares del mapa nacional, muchos jóvenes no asisten a la escuela y algunos de ellos no están en absoluto familiarizados con los contenidos escritos.

La definición de analfabeto del instituto estadístico es: persona de 15 o más años de edad que no sabe leer ni escribir un recado.

Los mexicanos analfabetas, mayores de 15 años sin la capacidad para descifrar o anotar un encargo puesto en papel, suman más de 4 millones 700 mil personas, un 5.5 por ciento de la población.

La Encuesta Intercensal 2015 arrojó que cuatro de cada 100 hombres y seis de cada 100 mujeres de 15 años o más no saben leer ni escribir.

Finlandia es la nación más alfabetizada del mundo, de acuerdo con una investigación encabezada por John Miller, presidente de la Universidad Estatal de Connecticut Central (UECC). El equipo aplicó pruebas para determinar logros en materia lectora y comportamientos alfabetizados, las variables analizadas incluyeron desde número de bibliotecas y rotativos hasta años de escolaridad y acceso a computadoras.

La medición se realizó solamente con 61 países que pasaron el corte de calidad en la información disponible. Los nordicos dominaron: Noruega, Islandia, Dinamarca y Suecia completaron los primeros cinco. Suiza en sexto, Estados Unidos en séptimo. Alemania, Letonia y Países Bajos completaron los primeros diez. Canadá llegó undécimo y México se quedó con el lugar 38, por debajo de Chile, en el puesto 37.

Los resultados del estudio, afirmó Miller en declaraciones para el medio británico The Guardian, sugieren que “los comportamientos alfabetizados son indispensables para el éxito de los individuos y de las naciones”.

Si la investigación hubiera tomado en cuenta solamente los resultados de la evaluación lectora, la lista habría tenido un orden muy distinto, con un claro dominio asiático: Singapur a la cabeza, Finlandia en segundo. Corea del Sur, Japón y China completarían los primeros cinco. México bajaría hasta el lugar 54, separado del fondo por Brasil, Malasia, Túnez, Mauritania, Argentina, Albania y Panamá.

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Biblioteca Nacional de Finlandia. Foto: Dutch Glow Org

INFORME UNESCO

Un estudio de la Unesco, La lectura en la era móvil, expone que detrás de las brechas entre los países más lectores y los menos habituados a los contenidos escritos hay un fuerte componente de desigualdad.

Durante siglos, se explica en el documento, el acceso limitado a textos ha supuesto una barrera para la alfabetización. El problema puede resumirse en unas cuantas palabras: La lectura requiere libros; sin ellos, la alfabetización sigue siendo algo inalcanzable.

En África, por ejemplo, la mayoría de los niños nunca ha tenido un libro de su propiedad. En los centros escolares no es raro que entre una decena y una veintena de alumnos compartan un único libro de texto.

La desigualdad libresca también se mide en la proporción de bibliotecas. En Japón, donde el 99 por ciento de las personas puede leer y escribir, hay una biblioteca por cada 47 mil japoneses; en Nigeria, hay una por cada 1 millón 350 mil nigerianos.

El país africano satisface menos del uno por ciento de su necesidad de libros y su índice de analfabetismo es superior al 40 por ciento. Un estimado elemental indica que todo alumno de primaria debería tener de cuatro a seis volúmenes; todo alumno de secundaria y enseñanza superior, ocho títulos.

En el organismo de Naciones Unidas consideran que la barrera del acceso a lecturas retrocede gracias a la difusión de tecnología móvil de bajo costo.

Cientos de miles de personas en países como Etiopía, Nigeria y Pakistán, señalan los investigadores, leen en dispositivos inalámbricos, pero se sabe muy poco de estos lectores.

El acceso a letrados contenidos también es un problema en naciones ricas. En Estados Unidos, en los barrios de clase media, la proporción de libros por niño es de 13 a uno; en los barrios pobres el indicador se invierte, hay un ejemplar por cada 300 niños.

En todo el mundo, el calculo es de la Unesco, 774 millones de personas no pueden leer ni escribir; de esta cifra, 123 millones de individuos tienen entre 15 y 24 años.

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Foto: Cortesía Books for Africa

LECTURA EN EFECTIVO

Las listas de los títulos de literatura más vendidos alrededor del mundo en la última semana de abril dan cuenta de la variedad de autores, títulos y tópicos que gozan del favor de los lectores.

En una nación del primer mundo, Alemania, la lista de ficciones es encabezada por Haruki Murakami, con el segundo volumen de Matar al comendador. En Argentina, se destaca Más allá del invierno de Isabel Allende. En Brasil aparece Sigo siendo yo, de Jojo Moyes.

En Colombia, el primer sitio va para Los divinos, de Laura Restrepo; en España le corresponde a Las almas de Brandon, de Cesar Brandon. Estados Unidos tuvo al frente a David Baldacci, con Los caídos.

Los lectores franceses pusieron al frente a Guillaume Musso con Un apartamento en París mientras que los italianos se inclinaron por Sara al atardecer de Maurizio de Giovanni. En Portugal, el más vendido del lapso en cuestión fue El año de la muerte de Ricardo Reis, de José Saramago. En Reino Unido, la lista la encabezó Ruth Jones con Nunca follaje.

Los lectores mexicanos pusieron al frente de los más vendidos al clásico de Antoine de Saint-Exupéry, El principito; seguido de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. En tercer puesto se ubicó Gravity Falls. Diario 3, de Alex Hirsch y Rob Renzetti, seguido de Persona normal, obra de Benito Taibo.

En cuanto a los títulos de no ficción, los punteros en el gusto de los mexicanos fueron los dos volúmenes de Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes de Elena Favilli. Uno siempre cambia al amor de su vida (por otro amor o por otra vida, de Amalia Andrade Arango y La magia del orden: Herramientas para ordenar tu casa... y tu vida, de Marie Kondo, completaron la lista.

Sin embargo, sólo Estados Unidos y Alemania forman parte de los diez primeros puestos de países con comportamientos alfabetizados destacados según el estudio de la UECC.

Uno de los autores más famosos de Finlandia, el primer lugar del citado análisis, es Tove Jansson, creadora de los Mumin, entrañables personajes que gozan de mundial prestigio. En ese país se lee una media de 47 libros al año, la proporción de bibliotecas es de 17 bibliotecas por cada 100 mil habitantes.

Noruega, el segundo lugar de la lista, implementó un programa estatal de adquisición de libros para las bibliotecas. Cada año compra cientos de ejemplares de buena parte (hasta un 85 por ciento) de los títulos de ficción y de los volúmenes de literatura infantil y juvenil que salen de las imprentas. Se trata de un apoyo invaluable para los autores si se considera que la tirada media ronda los 2 mil 500 ejemplares. El 90 por ciento de la población lee y su promedio es de 16 títulos fatigados al año.

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HORAS Y ELECCIÓN

Otra forma de medir el comportamiento alfabetizado, el tiempo que se dedica a la lectura, no tiene muchos estudios de referencia a nivel mundial. Desde 2005 se toma como referencia el análisis elaborado por el World Culture Score Index. En esa medición, con datos de 30 países, se estima que, a nivel mundial, cada persona dedica a leer 6.5 horas semanales.

La lista es encabezada por la India con 10 horas y 42 minutos de lectura a la semana. Le siguen Tailandia y China con 9 horas y 24 minutos y 8 horas de forma respectiva. Los cinco primeros se completan con Filipinas (7:36) y Egipto (7:30). México aparece en el lugar 24 con un promedio semanal de cinco horas y media de lectura. Supera a Reino Unido, Brasil, Taiwán, Japón y Corea del Sur. En el mismo documento se expone que los mexicanos dedican más del doble del tiempo que pasan como lectores, 11 horas con seis minutos y 11 horas con 36 minutos de forma respectiva, a escuchar la radio y ver televisión.

Para la Encuesta Nacional sobre Consumo de Medios Digitales y Lectura elaborada por IBBY México en 2015 fueron entrevistados jóvenes en general y universitarios. Al 88 por ciento de estos les gusta leer, contra el 77 por cientos de aquellos.

En el reactivo a propósito de que habían leído en las dos semanas previas a la entrevista los dos grupos manifestaron preferencia por noticias y artículos o blogs. Gustos minoritarios fueron las novelas, 34 por ciento de menciones entre los jóvenes en general y un 39 por ciento entre estudiantes de superior. La poesía encontró eco en el 23 por ciento de los primeros y en el 26 por ciento de los segundos. El 28 por ciento de los jóvenes sin distinción dijo haber leído un cuento; un 22 por ciento de los universitarios respondió en el mismo sentido.

Una conclusión del estudio es que, en México, contrario a lo que suele decirse, hay un mayor acercamiento a la lectura por elección propia, siempre que no se le conciba únicamente como el consumo de libros o de contenidos literarios. En este punto conviene citar a dos investigadores: Raymond Mar y Keith Oatley, de las universidades de York y de Toronto, en Canadá, afirman que el buen lector de literatura gana en autocrítica y en entendimiento, además de que puede cuestionar mejor las opiniones, creencias y actitudes de los demás. Claro, siempre y cuando la lectura sea profunda, interesada, a conciencia, y no dispersa, rápida, por encimita.

Contacto: @ivanhazbiz

Escrito en: lectura, cada, libros, horas

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