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De Política Y Cosas Peores

ARMANDO CAMORRA

ARMANDO CAMORRA

"Tú lo único que ves en mí es el tamaño de mis tetas". Esa drástica reclamación le hizo Pechina, joven mujer de beneficiado busto, a su salaz novio Afrodisio. "No es cierto" -opuso él. "Sí lo es -reafirmó Pechina-. Y si no dime: ¿de qué color tengo los ojos?". Arriesgó Afrodisio: "¿36 B?". Pepito le preguntó al padre Arsilio: "Señor cura: cuando un cura que cura cura a un cura que necesita cura, el cura a quien el cura cura ¿se cura de que el cura que lo cura sea buen cura?". El buen sacerdote se rascó la cabeza y contestó: "Hijo: creo que esa pregunta es para el obispo". Aquellos esposos se divorciaron por incompatibilidad de caracteres. Ella era una mantequilla y él un hierro al rojo vivo. Pero la mantequilla estaba siempre fría y dura, y el hierro siempre estaba caliente y blando. El doctor Ken Hosanna le informó al paciente después de practicarle una serie de exámenes: "No tiene usted nada. Lo que pasa es que está crudo". "¿De veras, doctor?" -inquirió con ansiedad el hombre. "De veras" -aseguró el facultativo. "¡Bendito sea el Señor! -exultó el tipo-. ¡Pensé que me había dado embolia, polio, infarto al miocardio, pérdida de la visión, dislalia, desprendimiento de vejiga, esofagitis, hidrofobia, cefalalgia, meningitis cerebro espinal, lepra, viruela negra, peste, fiebre amarilla y hasta amenorrea!". La esposa de Libidio, hombre en permanente rijo erótico, acababa de dar a luz. En la habitación del hospital el verriondo tipo le preguntó al obstetra: "¿Cuándo podré volver a tener actividad sexual con mi mujer?". "¡Por favor, doctor! -clamó llena de angustia la señora-. ¡Dígale que por lo menos espere a que salga usted del cuarto!". Don Pachucho le dijo con tono evocador a su mujer, doña Pasita: "¿Recuerdas, viejita, que cuando nos casamos me dijiste que tenía yo muchos defectos, pero que algún día me ibas a cambiar? Pues creo que ha llegado el momento. Acabo de hacerme pipí en los pantalones". Firulito, muchacho adolescente, le informó a su papá: "Saqué 9 sobre 10 en el examen". "¡Fantástico!" -se alegró el progenitor. "De alcoholímetro", completó el crío. En el campo nudista le dijo el nuevo socio a la hermosa chica: "Estoy emocionado al verte". Replicó ella: "Sí. Ya me di cuenta". La curvilínea paciente le preguntó al especialista en temas de sexualidad: "¿Cuál es la mejor hora para el sexo?". "Entre 12 y una de la tarde -le informó el consejero-. Es la hora en que mi recepcionista sale a comer". Chonchita, muchacha algo robusta, declaró: "Tengo este cuerpo porno. Por no hacer dieta, por no hacer ejercicio.". Ella y él se conocieron en el club de radioaficionados. Su trato los llevó pronto a entablar una relación que nada tenía que ver con su afición. Acabado el primer trance ella le dijo a él, decepcionada: "No sabía que eres de onda corta". "No lo soy -se defendió él-. Lo que sucede es que tú eres de banda ancha". Una linda chica le contó a su amiga: "Juré no hacer el amor hasta encontrar al hombre perfecto". "Te felicito -se conmovió la amiga-. ¡Qué hermosa decisión!". "Así lo creo -continuó la chica-. Pero a mi esposo no le ha gustado nada". Un sujeto llegó a la farmacia y le preguntó al encargado si tenía condones. "Claro que sí -respondió el farmacéutico-. Los tenemos en paquetes individual destinado a los muchachos: uno para el sábado. Los hay también para hombres jóvenes. Vienen en paquetes de tres: uno para el martes, otro para el jueves y otro para el sábado. Y los tenemos para casados. Ésos vienen en paquetes de 12". El cliente se asombró: "¿12 condones para los casados?". "Sí -confirmó el de la farmacia-. Uno para enero; otro para febrero; otro para marzo.". FIN.

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