El futuro de Duenweg
Con dos meses cumplidos como alcalde de Durango, Alfredo Herrera Duenweg, suplente de José Ramón Enríquez Herrera, ha sorprendido a propios y extraños.
No porque en ese tiempo el municipio de Durango se haya convertido en un mejor lugar para vivir; o porque sus decisiones dieran pie a una solución mágica de problemas como el delito de robo. No: sorprendió porque nadie esperó que con él amainaran los pequeños fuegos "administrativos" que había en el Municipio de Durango. Pero sobre todo, los conflictos en materia de "política exterior".
Sin embargo, su futuro sigue -quizá injustamente- en un tenso "veremos", tras lo dicho por el alcalde con licencia, José Ramón Enríquez, durante el debate del sábado pasado. Ese día, afirmó que regresará al Ayuntamiento para seguir cumpliendo su responsabilidad, declaración que podría resultar contraproducente.
El mismo Enríquez, cabe señalar, reconoció en su discurso que sus propios asesores le han recomendado no declarar tal cosa, pues existe un debate nacional entre juristas relacionado con la posibilidad del regreso de funcionarios con licencia que participan en procesos electorales.
Pero esa contraproducencia no radica estrictiamente en lo legal, sino en lo funcional, por lo que Enríquez debe sopesar la convenencia de su regreso al Municipio.
De entrada, con la llegada de Duenweg los directores y demás encargados de área, se despojaron de la responsabilidad "preelectoral" que todos tenían, sabedores de la pretención del Médico para encabezar la fórmula al Senado.
Hoy, la mayoría de quienes tienen una responsabilidad en la campaña de Movimiento Ciudadano, se separaron de su cargo administrativo, y hacen lo que les toca fuera, acompañando al Doctor Enríquez; Duenweg, por su parte (y contrario a lo que muchos esperaban o esperábamos) no se convirtió en un operador del alcalde con licencia, sino que empezó a desarrollar un proyecto con toque propio.
Es decir, la presión "electoral" entre los miembros del Ayuntamiento, es significativamente menor a la esperada.
Pero quizá lo más importante es el restablecimiento del vínculo municipal con el Gobierno del Estado: a diferencia de Enríquez, Duenweg luce cercano al gobernador José Rosas Aispuro. Se les nota, incluso, cómodos en la interacción administrativa, tanto en público como en privado.
Eso ha permitido, en automático, que proyectos en que funcionarios municipales estaban atados de manos, ahora estén en marcha o a punto de caminar, dado el aval de ambos funcionarios para que se destabe el trabajo conjunto.
Mientras, en lo político, la relación entre el Dr. Enríquez y el Gobernador José Rosas Aispuro, no se ha restablecido. Muestra es el camino que, por la libre, desarrolla Movimiento Ciudadano, que en no pocos distritos pretende -a toda costa- hacerse de los votos de color panista.
Por eso, el futuro de Herrera Duenweg debe ser puesto a discusión.
Dichos los elementos anteriores, parece que lo más conveniente es que Duenweg se quede al frente de la administración municipal. Sin embargo, habrá que esperar la respuesta a ciertas preguntas:
1. ¿A qué acuerdo (seguramente lo hubo) llegó con el Dr. Enríquez?
2. ¿Intervendrá políticamente el Gobernador en dicha decisión?
3. ¿Cuál es la posibilidad legal de que el edil con licencia regrese?
La más importante de las respuestas es la tercera, y existe el antecedente de Gómez Palacio, donde Leticia Herrera renunció a la candidatura a una diputación federal, ante la presunta imposibilida de regresar después al Ayuntamiento, por los candados legales establecidos en la más reciente reforma a la Legislación Electoral, que obliga a licencias "definitivas" para quienes buscan un cargo de elección popular. Es el mecanismo "antichapulines" más duro.
Sin embargo, claridad no tendremos sino hasta el próximo mes de julio.
Lo que es un hecho es que, sin ser todavía un alcalde sobresaliente, Duenweg es -como edil- mucho más de lo que la mayoría esperábamos. Y eso solo ha traído, hasta ahora, cosas buenas para el Municipio.
Twitter: @luizork