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El placer de ejercitarse

Abdorgasmo para la rutina

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Redacción S. N.

19 de cada 100 dijeron haber sido visitadas por la excitación al utilizar la bicicleta estática o hacer spinning; a 9 de cada 100 les ocurrió lo mismo mientras agotaba rutinas que incluían un poste o sogas; al 7 por ciento le sucedió mientras levantaba pesas.

El abdorgasmo o coregasm (como se le llama en inglés) tiene más de 60 años en boca de los investigadores de la sexualidad. Se trata de una sensación de placer capaz de llevar al orgasmo en una situación cotidiana y de modo un tanto sorpresivo. El escenario en cuestión bien puede ser un gimnasio. El meollo del asunto es que hay mujeres que se estimulan sexualmente con el mero hecho de ejercitarse o practicar algún deporte.

Es decir, el abdorgasmo aparece cuando se hace la rutina para estar en forma, ya sea andando en bicicleta, o nadando, o caminando con prisa para quemar calorías.

Un equipo de investigación de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, tomó como punto de partida el trabajo hecho por Alfred Kinsey, pionero en el estudio de las conductas sexuales en la Unión Americana, que data de mediados del siglo pasado.

Kinsey encontró que un 5 por ciento de las mujeres que participaron de las entrevistas para su informe aseguró haber sentido orgasmos en momentos en que realizaba ejercicio. El nombre de abdorgasmo está íntimamente ligado a realizar repeticiones con los músculos abdominales.

PLACER

La investigación universitaria fue encabezada por Debby Kerbenick, codirectora del Centro para Promoción de la Salud Sexual de la Universidad de Indiana. El estudio consistió en entrevistar a 124 mujeres con edades entre los 18 y los 63 años. Un común denominador de las integrantes del conjunto es que todas aseguraban haber experimentado orgasmos a causa de una estimulación surgida durante el ejercicio físico.

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Foto: Archivo Siglo Nuevo

También se acopiaron datos de 246 mujeres que contaban haber sentido placer sexual mientras hacían ejercicio.

Los resultados obtenidos indican que 19 de cada 100 dijeron haber sido visitadas por la excitación al utilizar la bicicleta estática o hacer spinning; a 9 de cada 100 les ocurrió lo mismo mientras agotaba rutinas que incluían un poste o sogas; al 7 por ciento le sucedió mientras levantaba pesas, ese mismo porcentaje se produjo para quienes se excitaron al correr, o al hacer posturas de yoga, o al utilizar máquinas elípticas, en la sesión de aeróbic y demás.

Las consecuencias del ejercicio para estas mujeres fueron más llamativas todavía si se considera que al momento de ejecutar su rutina física, según sus testimonios, no tuvieron ningún tipo de fantasía sexual ni pensaban en alguien en específico al momento de sentir el abdorgasmo.

ESTAR EN FORMA

La relación entre ejercicio y sexo no se agota en experimentar una sensación placentera. Un intercambio de tipo íntimo, con copula incluida, de 25 minutos representa, según algunos estudios, quemar 85 kilocalorías.

Kerry McCloskey, modelo norteamericana y directora de investigación una empresa de medios, publicó hace unos años La última dieta del sexo. Ella propone incorporar al sexo como un pilar de la pérdida de peso. Recomienda practicar el lúbrico acto al menos una vez al día, de lunes a viernes y dos veces por día los fines de semana. A la actividad física vigorosa en mullido terreno recomienda sumar rutinas para fortalecer y tonificar el cuerpo basados en técnicas sexuales.

Un médico francés, Pierre Durang, llegó a una conclusión similar a la de McCloskey. Por ello ideó un sistema para alcanzar un balance en la vida y tener buenas sensaciones. Puntales de su método terapéutico son mantener una alimentación sana y tener una vida sexual activa.

Otros beneficios para la vida sexual que se desprenden de activar el organismo son: la mejora del flujo sanguíneo hacia el clítoris, esa forma se potencia la función sexual femenina (algo similar ocurre del lado varonil del espectro humano); para la salud cardiovascular, una vida sexual activa equivale a practicar un ejercicio físico de intensidad leve o moderada, algo así como subir las escaleras hasta un segundo piso.

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Foto: Archivo Siglo Nuevo

COREGASM

El coregasm es otra opción a la hora quemar calorías, mantenerse en forma y sentir placer. Hay mujeres con la característica de alcanzar el orgasmo mientras realizan su ejercicio diario, sin que nadie a su alrededor lo note. Llegar al clímax resulta sencillo como incrementar el número de abdominales.

Los estudiosos del tema indican que muchas mujeres requieren de acumular tensión en sus piernas antes de alcanzar el orgasmo. Durante el ejercicio, explican, la mujer libera endorfinas y dopamina. La tensión en abdomen y extremidades inferiores, contribuye a estimular el clítoris y ascender hacia una grato resultado.

Para experimentar orgasmos al momento de hacer la rutina física corriente es importante tener ejercitado el suelo pélvico y lograr un buen control de los músculos. El coregasm también requiere de ejercitar el tronco, trabajar el torso y las piernas.

Los expertos indican que es una cualidad exclusiva del sexo femenino eso de convertir al ejercicio en una sensación placentera de carácter íntimo, sin fantasear ni usar accesorios.

En cuanto al modo de preparar el terreno. Se aconseja iniciar la partida invirtiendo de 20 a 30 minutos en cardio, para estimular y aumentar el ritmo cardíaco, además del sistema nervioso. Esto tiene como fin predisponer al cuerpo de manera que segregue las hormonas que detonan la excitación.

Lo siguiente es concentrarse en activar el abdomen, tarea factible si se aumenta la intensidad de los ejercicios y las repeticiones. Es recomendable adoptar una postura cómoda, esto para evitar que el cerebro se concentre en sensaciones poco agradables y descuide aquello que debe atender para activar el abdorgasmo. Otra clave a considerar es que obsesionarse con alcanzarlo perjudica las opciones de éxito.

Un atractivo de esta práctica es que no se consigue estimulando a la mujer ni con las manos ni con algún juguete sexual y tiene notables beneficios para la salud. Además, sirve como estímulo para fortalecer el suelo pélvico.

También hay quienes consideran que el coregasm no es interesante, y ven a dicha estimulación como un intruso que se hace presente en momentos inconvenientes, propicios para la molestia y no tanto para la satisfacción.

Escrito en: sexual, mujeres, ejercicio, mientras

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