Más periodistas muertos... ¡porque se puede!
El 16 de mayo del año pasado escribí un texto titulado "Nos matan porque pueden, porque los dejan...". Y me refería a periodistas, mujeres, activistas, maestros, profesionistas y niños. A cualquier mexicano que sea incómodo a los intereses de alguien.
En aquel texto resaltaba una idea: "¿Por qué matan?, ¿por qué deciden quitarle la vida a quien les incomoda? Porque pueden, porque los dejan. Así de sencillo. En un país donde la corrupción es el cáncer de la sociedad mexicana, un asesino sabe que no tendrá que rendirle cuentas a nadie, o que en el peor de los casos podrá salir libre pagando. Así de triste y cruel es la realidad".
¿Y sabe qué ha cambiado desde aquel día que escribí eso? Absolutamente nada. Es más, podría asegurar que las cosas han empeorado. Y basta con ver las cifras de inseguridad y violencia. Ayer la víctima fue el periodista Héctor González Antonio, corresponsal del diario Excélsior. Murió asesinado a golpes, en Ciudad Victoria.
González Antonio se convirtió en el periodista 44 que ha perdido la vida en lo que va del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, de acuerdo a datos de la organización Artículo 19. En ese mismo lapso, también se registran más de dos mil agresiones a personal de los medios de comunicación. Más las que no se denuncian...
Ayer le tocó morir (sí, escribí "tocó", como si todos estuviéramos formados en una larga fila esperando nuestro turno. Reconozco que se lee y escucha patético, aunque más patético y desgarrador es que NINGUNA autoridad haya podido frenar esta situación) a una persona que se dedicaba a simplemente informar a la sociedad.
Y hoy seguramente le tocará (sí, en ese hipotético y maldito turno) a alguien que se dedica a defender y representar las causas de una comunidad. Y mañana le tocará perder la vida a una madre de familia que solo busca proteger a sus hijos.
Pasado, tal vez leamos el macabro asesinato de una jovencita estudiante que fue brutalmente violada por salir a estudiar para prepararse, pero que tuvo la mala suerte de toparse con un enfermo sexual. Y luego a un obrero que salió a buscar ganarse honradamente unos pesos pero que fue asaltado y muerto por unos pesos para completar una dosis de droga. Y así todos los días, un ejemplo diferente.
Eso es lo que pasa en nuestro país. Y miente quien diga que no es así. Eso es lo que los delincuentes en México pueden hacer porque quieren, porque lo pueden hacer. No hay más. ¿Cuándo México se convirtió en una tierra de nadie?
Y claro que hay personas que luchan todos los días contra este tipo de personas. No dudo que haya civiles, policías, abogados, profesionistas, jueces y demás que buscan aplicar la ley para evitar que esto siga sucediendo, pero la realidad es que no es suficiente, porque sigue pasando.
¿Qué tenemos que hacer para terminar con esto de una vez por todas?, ¿a quién le tenemos que exigir resultados inmediatos?, ¿cuántos "turnos" más se harán efectivos y se volverán estadística para que las autoridades reconozcan que existe un grave problema?
No, no me vengan con que después de las elecciones seremos ya una "República amorosa" donde todo será color de rosa y todos los males del país desaparecerán. Para este cáncer que nos tiene invadidos hasta la médula se requieren acciones de fondo, no de forma. Una sola persona no puede vencer a la enfermedad. ¿O queremos seguir contando víctimas de un verdadero Estado fallido?... ¿Usted qué opina?
Twitter: @Jperezarellano