Hay pan y circo, pero no pidan medicinas
Durango vive en este momento la peor crisis de salud de las últimas dos décadas cuando menos, con permanente desabasto de medicinas, insumos y equipo, personal insuficiente y un ambiente laboral hostil que se deriva de todo lo anterior.
El ciudadano es, sin embargo, la víctima que a diario enfrenta esta situación a la hora de ir a pedir una consulta con un especialista y no tener espacio disponible en los próximos cuatro o seis meses, como si fuera viable pedirle al cuerpo que no pida doctores ni medicamentos todo ese tiempo.
El vacío que sufren las farmacias de los centros de salud y hospitales de la red estatal a cargo de la Secretaría de Salud de Durango, según los propios empleados de tales expendios, es histórico. Al menos no hay memora reciente de un abandono tan marcado como el de ahora.
Más que Secretario, el doctor César Franco Mariscal se ha convertido en un Bombero de la Salud, pues sus giras al interior del estado no han sido para llevar buenas noticias a los municipios, sobre todo a los más marginados, sino para tratar de sofocar el fuego de la rebelión de médicos o enfermeras.
Todos, y no se diga el usuario que debe soportar el NO HAY como respuesta de siempre, todos están al punto harto de la situación, pues han pasado casi dos años desde que llegó la actual administración estatal, y el cambio tan anhelado no se percibe en muchos rubros, y quizá el más delicado por razones obvias del servicio que brinda, es el de la salud.
El equipo sexenal no ha calculado el tamaño de la molestia interna en las dependencias, sin embargo, es rara la institución estatal donde no hay pequeños o grandes brotes de inconformidad de los trabajadores, ya sea sindicalizados, de confianza o por contrato de honorarios.
El personal, molesto por no recibir ajustes de sueldo prometidos, regularización de plazas o por quejas de trato despótico contra los nuevos jefes, será el mayor verdugo de los abanderados del cambio y la alternancia en esta elección, tal como fueron en 2016 los principales promotores de que saliera el PRI del poder.
Las molestias en las principales nóminas estatales están ahí y se alimentan de esos pequeños detalles de descuido que los funcionarios de primeros y segundos niveles han venido cometiendo estos 20 meses, unos por novatos, otros por arrogancia, la mayoría por no saber que lo difícil no era llegar ahí, sino permanecer.
Saber que a cada rato hay pan y circo pagado con los impuestos de todos; saber que durante todo el año hay una agenda de artistas de talla nacional e internacional para mantener "buen ánimo" entre los duranguenses; saber que ahora para la Feria Nacional Durango 2018 vendrá Enrique Iglesias con un contrato millonario cotizado en dólares... saber todo eso y darse cuenta que no hay el mínimo necesario de medicinas, insumos y equipo en los centros de salud y hospitales del Estado, es una patada en la entrepierna a los ciudadanos.
Por eso la incongruencia de los mensajes que envían los emisarios políticos del sexenio. Por eso es tan difícil que logren conectar sus frases y propuestas, cuando al tocar las colonias y los poblados con mayor pobreza de Durango, claro porque están en campaña y necesitan el voto, probablemente podrían darse cuenta que la agenda de preocupaciones de la población es otra muy distinta, contrastante.
Ocurre que a muchos de los servidores públicos del primer y segundo círculo de influencia del Gobierno Estatal, ni les va ni les viene esa agenda de necesidades apremiantes que expresa la ciudadanía en su día a día. O no ven esa realidad o cierran los ojos y hacen como que no la ven.
Quizá por eso muchos, muchísimos de los que están en este nivel de responsabilidad política en el equipo de José Rosas Aispuro Torres despachan desde cafeterías y restaurantes casi todo el día. Y no está mal, dirán, ya que desde ahí casi no se miran los problemas.
Twitter: @ivansottoh