Musas modernas en molde clásico
Decenas de mujeres - y un solo hombre - han posado frente al objetivo de Lilya Corneli para recrear obras de genios universales como Picasso, Klimt, Van Gogh o Matisse.
A lo largo de la historia, reinas, duquesas, esposas, amantes, doncellas y más han sido la fuente de inspiración de cuadros. La fotógrafa Lilya Corneli ha encontrado un numen en reinterpretar obras cediendo el protagonismo a musas actuales.
"Quiero dar a las mujeres la posibilidad de sentirse bien, poderosas y reafirmarse en su poder. Es el motivo por el que puse en marcha la idea", cuenta Corneli, cerebro detrás del proyecto #serunamusa (#tobeamuse, en inglés).
La artista, de nacionalidad rusa, nació en 1978. Estudió economía pero la fotografía y la pintura son su pasión y su refugio.
A la fecha tiene en su haber exposiciones, individuales o colectivas, en países como Canadá, Alemania, Armenia, Italia, Japón, Portugal, Estados Unidos, Ucrania, Bélgica o Francia.
En su vitrina de reconocimientos hay un primer lugar, obtenido en 2010, en la categoría de autorretrato de los Premios Internacionales de Fotografía.
En la descripción de su labor expone que ha utilizado la fotografía como medio de expresión por años, pero, su trabajo comenzó a adquirir una vena más personal cuando descubrió los medios digitales y se puso a hacer autorretratos.
Hace unos años se mudó a Viena, una ciudad nueva en la que no conocía a nadie, no tardó en descubrir salas de conciertos y exposiciones en su nuevo hogar que estimularon más su sensibilidad.
"Fue entonces cuando conocí en profundidad la obra de Egon Schiele y me emocionó muchísimo. Además, vi uno de sus cuadros ('Mujer reclinada con medias verdes', 1917) y pensé: 'se parece a mí'. Así que decidí hacer mi propia versión", compartió en una plática para Efe.
La capital austriaca, con sus calles, museos, tiendas, la inspiró y ella decidió invitar a otras mujeres de la urbe y ofrecerles la opción de viajar en el tiempo y el espacio para convertiste en una imagen artística, en una delicada musa.
El éxito en las redes sociales fue inmediato, así como los comentarios de familiares y amigas que querían aparecer en alguna obra clásica. La actualización de las escenas ya se ha extendido por casi dos años.
Varias decenas de mujeres - y un solo hombre - han posado frente al objetivo de Lilya Corneli reconvertidas en musas de genios universales como Picasso, Klimt, Van Gogh o Matisse.
La última en hacerlo ha sido una mujer junto a sus dos hijas, para el cuadro Las hijas de Catulle Mendes (1988) de Pierre-Auguste Renoir, y es que para este proyecto la fotógrafa no trabaja con celebridades o profesionales, sino con mujeres anónimas.
"En la sociedad hay cánones, querer ser como esta o aquella modelo y creo que es un error. Todos somos diferentes y en esa variedad está la belleza", apunta la protagonista de la obra, que prefiere no revelar su identidad.
Pablo Picasso, Dos amigos. Foto: To Be a Muse Art
PROCESO
Las candidatas se ponen en contacto con Corneli y ella les pide enviar fotos y una breve historia de sí mismas. Después, comienza un proceso de investigación para dar con un cuadro que encaje.
"Por ejemplo, una mujer me dijo que nunca se vestía de rojo, y yo elegí para ella un retrato con vestuario rojo y con un maquillaje muy llamativo", recuerda la fotógrafa de 40 años de edad.
Otro beneficio del proyecto, asegura su creadora, es que sirve para divulgar el arte y la cultura en general.
"Cuando ven la foto, la gente descubre también la obra de otros pintores", explica la armenia. Ella, reconoce, también aprende algo nuevo de cada trabajo.
Pese a que todo el proceso creativo, desde encontrar el cuadro hasta la posproducción de la foto, supone varias semanas de trabajo, las mujeres seleccionadas no tienen que pagar nada por convertirse en musas. "Es un proyecto más bien social", destaca Corneli.
Con ella, trabajan de forma altruista otras tres mujeres: la maquilladora Ekaterina Bobrova, la estilista Olga Shlyomer y Diana Stoynova, administradora del proyecto.
"Todas entendemos perfectamente la idea de 'musa' que queremos transmitir con este proyecto", cuenta Stoynova, quien se encargada de gestionar el contacto con colaboradores que les ceden vestuario, accesorios, decoración e incluso escenarios para realizar la sesión fotográfica.
Una vez contactados, expone, no les resulta difícil lograr que se unan a su aventura. "Entienden que (el proyecto) tiene un valor añadido, sienten admiración y curiosidad al mismo tiempo", apunta Stoynova.
Svetlana Unterreiner, gemóloga y propietaria de Girls Dreams, una pequeña tienda de joyas en el centro de Viena, es una de las colaboradoras. Asegura que #serunamusa le atrajo por la posibilidad de experimentar con sus productos.
"Me permite mezclar, por ejemplo, un vestido de diseño actual, una diadema de diseño moderno y un broche de hace cien años", señala.
Las recreaciones de Corneli también llamaron la atención de la famosa Galería Albertina, que les permitió hacer una sesión de fotos junto a los originales expuestos.
Un caso más. La marca sueca H&M, para la presentación de su colección Conscious exclusive 2018, en Viena, le pidió a la artista y a su equipo recrear los trabajos del pintor sueco Carl Larsson con sus prendas.
SER O NO SER
Por el momento, la fotógrafa y su grupo trabajan en la capital austriaca y sus alrededores. Ya han considerado expandirse más allá de las fronteras de su nación.
John Singer Sargento, Doctor Pozzi en casa. Foto: To Be a Muse Art
Corneli lo tiene claro, lo ideal sería llegar a exponer en los museos sus fotos originales y culminar así la construcción del puente entre el pasado y el presente en el arte. Al mismo tiempo, pretenden seguir ofreciendo a las mujeres que protagonizan sus retratos la sensación de convertirse en musas.
Las imágenes atrapadas por la fotógrafa rusa, sin embargo, no son copias a detalle de los moldes clásicos. El equipo de Lilya no intenta recrear todos los detalles de las obras con minuciosidad. Recrean los cuadros desde su óptica. Suelen jugar con los atuentos de la época, con los accesorios y hasta elegir modelos muy alejados de los utilizados en la obra original.
Lo más importante en el proyecto, según su creadora, es que bellezas anónimas se convierten en los elementos centrales de imágenes artísticas, encarnan a musas admiradas por generaciones de artistas y seguidores del arte pictórico.
En el catálogo de #serunamusa podemos hallar a féminas vivas que son la joven y moderna mujer de un retrato firmado por Sandro Botticelli o por Tamara de Lempicka.
Hay recreaciones de autorretratos de Frida Kahlo y de Zinaida Serebryakova, así como versiones de cuadros de Rafael como el Retrato de Juana de Aragón o la Madonna Colonna. En esta última, tan no es una copia de la obra original que no hay bebé y en lugar de un libro en la mano izquierda de la virgen, la modelo sostiene un celular.
En el apartado de cuadros protagonizados por varones sólo hay una entrada: la recreación de El doctor Pozzi en casa, de John Singer Sargento.
Los cuadros de parejas no abundan pero, hay una variación de la obra Dos amigos de Pablo Picasso. En la versión de la fotógrafa rusa, a diferencia de la original, los modelos traen ropa interior.
La mirada de Corneli llega a cambiar a la modelo de tez blanca de la obra maestra por una mujer de piel negra en la captura digital. En otra pieza, cambia las flores rojas en el cabello de la mujer pintada por unos audífonos en los oídos de la musa fotografiada. Estos son otros ejemplos de las modificaciones que realiza dentro de #serunamusa.
Los cuadros digitales de la artista rusa con base en Viena pueden apreciarse en el portal www.tobeamuse.art; además de galería de trabajos hay contenidos como los detrás de cámaras de algunas de las piezas, por ejemplo, el de la recreación de autorretrato de Frida Kahlo.