Suiza hace su trabajo en Rusia
Suiza se clasificó para octavos de final después de empatar 2-2 ante Costa Rica, que se despidió del Mundial de Rusia con honor, buen juego y una dosis de rabia acumulada que estuvo a punto de doblegar al conjunto helvético.
El conjunto "tico" quería cerrar con dignidad su paso por el Mundial de Rusia. Y más después de las críticas que recibió tras los dos primeros partidos. Hasta su entrenador, Óscar Ramírez, tuvo que avisar con seriedad a sus críticos más extremos: "Si tocan a mi familia se van a encontrar a un tigre", dijo en la víspera del choque.
Los hombres de Ramírez salieron con ganas de pasar por encima de Suiza, que, con un empate, hicieran lo que hicieran Brasil y Serbia, se clasificaría para la siguiente ronda. Con una derrota, las calculadoras habrían tenido que comenzar a echar humo.
En el conjunto helvético aún coleaban las polémicas celebraciones de Xherdan Shaqiri y Granit Xhaka en los goles que marcaron a Serbia. La FIFA castigó económicamente a ambos después de que formaran con sus manos el águila bicéfala, presente en la bandera de Kosovo.