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Durango se sacudió al PAN y al PRI en un día

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Durango se sacudió  al PAN y al PRI en un día

Durango se sacudió al PAN y al PRI en un día

IVÁN SOTO HERNÁNDEZ

Un domingo de elecciones con alto nivel de participación bastó para que Durango vea nacer una nueva clase política y se sacuda casi de lleno a panistas y priistas en los principales puestos de elección popular.

El pasado 1 de julio, el partido Morena y su líder moral en el país, Andrés Manuel López Obrador, le dieron tremenda golpiza al reciente proceso de cambio político que estaba viviendo Durango de 2016 a la fecha, mientras que al priismo le suministraron los óleos para darles cristiana sepultura.

El recuento es cruel: el partido de la Regeneración Nacional y su aliado el PT ganaron en Durango todo, o casi todo: las dos senadurías de mayoría, tres de las cuatro diputaciones federales (y analizan impugnar el triunfo azul en el Distrito 04), además 11 de los 15 distritos de mayoría.

Esto les garantiza supremacía absoluta en el Congreso Local que evaluará los informes, revisará las cuentas públicas y aprobará los presupuestos del Gobierno Estatal durante los próximos tres años.

Fue una aplanadora, un carro completo que hace mucho no lograba nadie en una competencia, porque es la primera vez que concurren las elecciones federales y las de competencia estatal.

Por eso, en el PAN y entre sus aliados resulta tan complicado asimilar que hace 24 meses todo era fiesta y algarabía, al haber derrotado al PRI por primera vez tras 80 años de hegemonía política del tricolor en esta entidad, y darse cuenta que a la vuelta de tan poquito tiempo la gente les ha dado la espalda en las urnas.

Fue AMLO, fue la respuesta a la instrucción del "voto masivo" por Morena y sus candidatos. Sin embargo, lo que es real es que inicia una nueva era política local ahora y sobre todo a partir del 1 de diciembre, ya que los cuadros políticos afines a López Obrador serán mayoría en Durango, ante un PAN que queda vivo de milagro con una diputación federal y unas tres a cuatro diputaciones locales, o un PRI del que solo quedarán dos o quizá tres sobrevivientes en cargos políticos.

El resultado fue sorpresivo para todos, incluso para los ganadores, pues muchos no hicieron campaña, no tenían los recursos y las facilidades para tal cosa. Sus nombres seguramente la gente no los ubica, porque el voto fue por Morena y como una muestra de apoyo generoso y total a AMLO, casi casi a ciegas.

La nueva realidad local genera nuevos escenarios, por lo cual vale la pena analizar algunos de ellos muy a grandes rasgos:

1.- El PRI casi está en peligro de extinción, pues jamás interpretó las señales de hartazgo, no supieron qué hacer para sobrevivir, e hicieron todo lo que menos deberían haber hecho: dedicarse a pelear entre sí, disputarse el control de la dirigencia, sembrar discordias unos con otros y creer que no podrían caer más bajo que en el 2016, y vieron que sí, fue mucho peor el descalabro.

Ahí casi han sepultado sus cuadros más competitivos para próximos comicios, como Adán Soria que esta ola lo mandó al tercer lugar en el Distrito Federal 01; o Leticia Herrera que no pudo contener el increíble avance de Morena en La Laguna; o el ex Gobernador Ismael Hernández a quien solo le alcanzó para llevar a su hija al Congreso del Estado a un altísimo costo en todos los sentidos.

2.- El PAN no aprendió a ser gobierno estos dos años que tuvo la oportunidad de afianzarse como una nueva fuerza política con hegemonía local. Lejos de ello los panistas parece que festejan la existencia de diferencias entre los grupos de poder, las zancadillas mutuas entre los liderazgos importantes, como es el Gobernador José Aispuro Torres o el Alcalde con licencia de la capital, José Ramón Enríquez.

Este lunes 2 de julio, en vez de asimilar y reflexionar la derrota, se permiten voces que desde la dirigencia estatal siguen alimentando el encono y el inicio de una agenda de mayor beligerancia al querer expulsar a todos los militantes que, según ellos, hayan sido causantes de las derrotas, cuando el descalabro debería provocar justamente lo contrario: cerrar filas y cicatrizar.

3.- Morena y PT, por su parte, ahorita viven una sorpresiva y masiva victoria que no esperaban y que necesitan asimilar, para poder actuar con inteligencia y saber qué hacer con la enorme rebanada de poder que les ha brindado la ciudadanía depositando en todos ellos una gran esperanza.

¿Ya dejarán atrás los pleitos y la división qué hay entre el PT de Gonzalo Yáñez y el partido Morena de Rosendo Salgado o Ignacio Mier? ¿Les caerá "el veinte" que la gente de Durango ya se acostumbró a quitar y poner gente en los espacios de poder sin mayor cariño o lealtad que la exigencia de resultados y el cumplimiento de las promesas?

En Durango seremos testigos de nuevos tiempos que podrían poner en agonía real a la clase política que conocemos hasta ahora, porque el proceso electoral para renovar las 39 presidencias municipales y sus Cabildos está a la vuelta de la esquina, y a juzgar por la aplanadora del 1 de julio, es de suponerse el comportamiento que podría tener el 2019.

Twitter: @ivansottoh

Escrito en: ComuniK2 Morena, casi, Durango, política

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