Que ya no regresen a sus cargos anteriores, pues
No lo esperaban, pero no pocos exfuncionarios de las administraciones estatal y municipal quedaron en el naufragio tras los comicios electorales del domingo uno de julio; es decir, perdieron y se quedaron sin cargo administrativo ni cargo de elección popular, sencillamente porque no recibieron el apoyo de la ciudadanía y, aun con la atención que puede merecer cada caso en particular, ninguno de estos exfuncionarios debería reincorporarse a la función pública, por elemental respeto a la ciudadanía.
Quienes solicitaron licencia para ausentarse del cargo para contender por una diputación o senaduría, o bien para realizar algún trabajo de proselitismo electoral, evidentemente estaban seguros de que tendrían un mejor proyecto de vida; buscaron subir otros escalones y esa aspiración es legítima para cualquier ciudadano. Sin embargo, un puesto en la administración pública es algo para tomarse en serio y no para entrar y salir, irse y regresar cuando no se consigue lo que se busca. Es un asunto del ámbito político y, como tal, cae en la categoría de la ética.
Fuera de clichés, la función pública requiere de máxima entrega y compromiso, por lo que quien decide irse está en su derecho, pero no puede regresar con el desgaste a cuestas y entonces restarle fuerza a un proyecto de gobierno. Y es que quienes dejaron sus responsabilidades en las administraciones estatal y municipal fueron reprobados por la ciudadanía; el voto mayoritario hacia otras propuestas significa que su trabajo como servidores públicos no convenció a los electores. De lo contrario, habrían votado por su continuidad en otro espacio.
Así las cosas, cada exfuncionario que desea regresar -algunos solicitaron licencia para ausentarse meses del cargo- le haría un flaco favor a quienes encabezan estos gobiernos; nada le suman al haber recibido tan escaso respaldo ciudadano. Además, el hecho de haber dejado su responsabilidad para contender en busca de un cargo de elección popular irrita a la sociedad, que entiende eso como un incumplimiento de quien recibió una oportunidad para servir y, a las primeras de cambio, se aleja en busca de otra posición.
Tanto el Gobierno estatal como el Ayuntamiento local deben estar interesados en aprovechar la ocasión para fortalecer sus estructuras administrativas, de acuerdo al mensaje social que recibieron el domingo pasado. Los ciudadanos quieren profundizar en el cambio, no seguir en la inercia de siempre.
Entonces, es momento de ajustes, como por ejemplo darle las gracias a aquel funcionario que no haya mostrado un desempeño óptimo. Todo el que no supo cómo manejar un cargo con eficiencia debe dejar su lugar a quien desea servir con empeño y decoro; la situación no está para menos y quienes están al frente de estos gobiernos deben interpretar con precisión lo expresado por la mayoría en las urnas.
Desatender el mandato ciudadano acarrea lamentables consecuencias a los regímenes democráticos y todavía más cuando el mensaje lleva tanta contundencia. De manera que cabe dar las gracias por participar a quienes perdieron y hacerles ver que, si no han cumplido por espacio de dos años con sus tareas, es hora de cambiar piezas para brindar mejores resultados. El momento es de los ciudadanos y ya no es posible gobernar con el calendario electoral en la mano. Ignorar esta realidad es elevar aún más el enojo social. Si van a usar el verbo "regresar", que regresen lo que se llevaron, pero dejen de ocupar los espacios anteriores, porque ahí tampoco funcionaron.
COLMILLOS Y GARRAS
PARA LA MEMORIA social quedaron diversas vivencias de la pasada contienda electoral, por cierto la más participativa de la historia, con un 63 por ciento en Durango. Por ejemplo, en la casilla instalada en el edificio Central de la UJED, desde temprano sólo faltaba un votante en el listado correspondiente y, un minuto antes de las 18:00 horas, casi a punto de cerrar las puertas, entró apresuradamente una monja a ejercer su derecho a sufragar en el último momento. Con ese voto concluyó el trabajo en la casilla y no faltó quien dijera que "ahí la monja se esconde"... DURANTE EL PRIMER semestre del año en curso, fueron retirados de la circulación 130 taxis piratas en la capital del estado y 140 en La Laguna, según la Subsecretaría de Movilidad y Transportes. Estas cifras nos dan clara idea del alto número de estos falsos prestadores de un servicio que afecta a otros legalmente establecidos para servir a la comunidad... AYER RECIBIERON SU constancia de mayoría los senadores Alejandro González Yáñez y Lilia Margarita Valdez Martínez, de la coalición "Juntos Haremos Historia", conformada por MORENA, PT y PES.
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