El primer encuentro de alto nivel entre el gobierno de Donald Trump y el ganador de la elección presidencial mexicana, Andrés Manuel López Obrador, sirvió para entregar un documento por el entendimiento que no será dado a conocer hasta tener la certeza de que el mandatario estadunidense lo tenga en sus manos.
En el encuentro no se tocaron los temas sensibles como el "muro" fronterizo, el endurecimiento de la política migratoria, ni el discurso antimexicano ni el TLCAN. Básicamente fue una presentación entre los dos gobiernos.
Después de una reunión de aproximadamente 45 minutos, calificada por Marcelo Ebrard como "ágil y cálida", la delegación encabezada por el secretario de Estado estadunidense, Mike Pompeo, y el eventual gabinete de López Obrador, el saldo fue simple: "Un ambiente excelente" y la recepción del mencionado documento.
Según el futuro canciller mexicano, Ebrard, López Obrador entregó a Pompeo una propuesta de bases de entendimiento con Estados Unidos, y en particular con la administración Trump para los próximos años, cuyo contenido anticipó no sería dado a conocer excepto en sus líneas generales:
Se trata de procurar una relación de respeto, un piso mínimo en materia de comercio, desarrollo económico, migración y seguridad, los cuatro asuntos que Ebrard consideró más relevantes en la agenda bilateral.
El encuentro se celebró en las oficinas de López Obrador en la colonia Roma, donde participaron, por el equipo del tabasqueño, los futuros secretarios de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; de Hacienda, Carlos Urzúa; de Comercio, Graciela Márquez Colín; de Seguridad, Alfonso Durazo, así como el jefe del equipo negociador del TLCAN, Jesús Seade, y el futuro jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo Garza.