Fieles pagan por daños en el templo
Durante los pasados cuatro años ha sido la feligresía de Nuestra Señora de la Merced, en la comunidad de Santa María del Oro, quien se ha encargado de la restauración del templo.
El párroco de la iglesia, padre Francisco Canales Samaniego, narró que hace unos cinco años los pobladores de la comunidad notaron que el deterioro de la estructura era grave.
Por esta razón se organizaron un año después a través de un patronato, con el objetivo de que a través de donaciones personales y actividades para reunir fondos pudiera financiarse la rehabilitación del inmueble.
"Los fieles observaron que el templo estaba muy deteriorado, que había muchos problemas de humedad principalmente en el techo, arriba habían puesto unas láminas y esas láminas se oxidaron y estaban metiendo muchísima humedad a las paredes del templo", explicó.
Su llegada a la comunidad se dio hace unos ocho meses y entonces ya habían iniciado los trabajos de rehabilitación.
El documento más antiguo sobre el templo data de 1765 y ello obliga al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a intervenir para conservar la estructura.
Sin embargo, el párroco refiere que personal de dicho Instituto realizó una revisión al inmueble y al no contar con recursos para la rehabilitación dio luz verde a los pobladores para intervenir sin un equipo especializado de restauración.
"Nosotros nada más nos estamos enfocando a los temas que urgen, por ejemplo los techos acomodarlos, arreglarlos para evitar las humedades, nos pidieron que quitáramos todo el enjarre de las paredes para ver si no hay más humedad en los adobes".
En caso de que haya adobes dañados por el agua filtrada, estos deben ser remplazados para conservar el valor de la construcción, explicó.
El proceso para retirar la cubierta de las paredes ha sido un proceso crítico porque hace años una pared se derrumbó y a raíz de ello se tomó la decisión de quitar paulatinamente el enjarre.
La remodelación está a cargo de albañiles locales, quienes obedecen a un arquitecto de nombre Arturo Guzmán, quien se encarga de la obra como parte de los feligreses de Nuestra Señora de la Merced.
A la fecha, se estima que la inversión en la iglesia antes referida alcanza los 200 mil pesos, una bolsa que ha sido aportación al 100 por ciento de los fieles de la comunidad.
En cuanto al avance de los trabajos, el párroco señala que aún están pendientes varios puntos para dejar la estructura en condiciones mínimas de seguridad.
"Todavía falta mucho (...) nos está faltando toda la nave central de quitar la lámina, quitar los techos y volverlos a acomodar, prácticamente nos falta un 50 por ciento y otros 200 mil pesos".