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LUIS LOZANO

La legislatura estatal número 68 pinta para convertise en una de las más competitivas de la historia. Pero no por el equilibrio de fuerzas, pues es evidente que los afines a Andrés Manuel López Obrador tendrán una clara ventaja en la toma de decisiones, pues con 15 legisladores, tienen una abrumadora mayoría.

La competitividad a la que este servidor se refiera, nacerá de una necesidad imperante de sacar adelante proyectos de grupo e individuales urgentes de consolidar, que existen aún en la más pequeña de las "fracciones" legislativas.

De entrada, y aunque declaren lo contrario, en Morena (7 diputados) se dará una lucha interna para convertirse en el líder de bancada. Iván Gurrola Vega, electo por el distrito I, apareció incluso ya en medios lanzando propuestas con las que arranca su tarea de posicionamiento, consciente de su resurgimiento en el plano político tras su salida del Partido Revolucionario Institucional y llegada al partido más joven de todos.

Sin embargo, en su mismo grupo está Otniel García Navarro, quien al llegar por la vía de la representación proporcional, parece estar prepalomeado para una eventual coordinación, ideal en su anhelo todavía trunco de luchar electoralmente por el municipio de Durango o hasta el Estado. No estar al frente de los morenistas, sería rezagarse en esa intención de hacerse de la alcaldía capitalina el año entrante y/o la gubernatura en 2022 (Sí, ya se piensa a largo plazo).

En el caso del Partido del Trabajo, lo ideal sería colocar como coordinador a Rigoberto Quiñones, legislador que logró la reelección por la vía del voto directo, por lo que está ya encarrilado en el andar legislativo.

Sin embargo, es clara la confianza depositada por el dirigente estatal del Partido, Alejandro GonzálezYáñez, en María del Socorro Páez Güereca, encargada de la administración financiera del sistema CADI desde hace ya varios años. La decisión será, evidentemente, del propio Gonzalo, quien además buscará el control del Congreso a través de sus 8 diputados, aun y cuando desde el centro, AMLO determine que ese papel lo jueguen morenistas y no petistas.

En el Partido Revolucionario Institucional la decisión será todavía más compleja, pues los cuatro representantes que tiene el organismo (una de mayoría y tres de representación proporcional), tienen tanto experiencia, como aspiraciones de cara al futuro.

En el caso de la única legisladora priista que ganó por el voto directo, Gabriela Hernández López, resulta imposible desligarla del poder fáctico que en el organismo tiene su padre, el todavía senador Ismael Hernández Deras.

A ese grupo, cuya intención clara es resurgir, le conviene que Gabriela destaque a como de lugar, ya sea como coordinadora de ese pequeño grupo o haciendo verdadero debate en tribuna.

En una circunstancia similar estarán Alicia Gamboa y Esteban Villegas, aunque cada quien con una cubeta distinta, que será usada para llevar agua al molino de cada quien. Ella cree estar lista para convertirse en líder de un segmento del PRI más allá de los sectores femeniles, mientras que Villas busca una segunda oportunidad para rearmar su proyecto político-personal.

En el caso de Sonia Catalina Mercado, no deja de ser la representante de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y seguro dicho gremio, exigirá para ella la representación, como ocurre en cada legislatura.

El Partido Acción Nacional, por su parte, tiene dos diputados con serias aspiraciones en el futuro cercano. Por un lado, José Antonio Ochoa, único legislador blanquiazul que logró la reelección, se vuelve candidato natural a la alcaldía capitalina el año entrante. Y después, a donde la inercia lo lleve.

En tanto que Carlos Maturino Manzanera, con su llegada al Congreso del Estado por la vía plurinominal, con la demostración de respaldo oficial que representa el haber sido inscrito en la primera posición, sigue como el palomeado del Gobernador del Estado, José Rosas Aispuro Torres, para desarrollar un camino político electoral en los caños que restan de aquí al 2022.

Hay, pues, cuando menos una decena de diputados que buscarán en tribuna -y mediante la operación legislativa- posicionar, recomponer o consolidar su nombre con un objetivo más allá de su labor como legislador.

Es decir, habrá debate. Delo por hecho.

Escrito en: a simple vista Partido, Congreso, todavía, quien

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