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IGNACIO ESPINOZA GODOY

A propósito de esta temporada vacacional, un lapso en el que los hijos pasan muchas horas sin saber qué hacer y en el que se levantan tarde porque no tienen la presión de ir temprano a la escuela, los padres debemos aprovechar para reforzar en ellos el hábito de la cooperación para la realización de algunas actividades de limpieza en las que comúnmente no se involucran porque tradicionalmente las desarrollamos los padres de familia, aunque bien podríamos aprovechar este largo periodo de asueto para inculcarles el sentido de la colaboración y la responsabilidad en lo que respecta a los quehaceres del hogar.

Y es que, de acuerdo con especialistas, los hijos, desde muy pequeños, deben realizar algunas tareas apropiadas a su edad, como recoger y ordenar los objetos de su cuarto, es decir actividades que no impliquen un esfuerzo extraordinario y que pueden desarrollar fácilmente, con lo que se les fomenta el sentido de responsabilidad y de cooperación en las diferentes labores de limpieza que diariamente se efectúan en el hogar pero que generalmente las ejecutan mamá y papá porque se piensa que nosotros somos los encargados de esas tareas debido a que los pequeños aún no están preparados para ese tipo de encomiendas.

Así, de esta manera, dejamos que el tiempo transcurra y cuando menos acordamos los hijos ya crecieron, y es cuando pensamos que ya es tiempo de que estos colaboren en los quehaceres domésticos, como lavar los trastes, tender sus camas, limpiar sus habitaciones, barrer y trapear en los diferentes espacios del hogar, lo que en principio puede generar cierta resistencia cuando nunca se les inculcó y enseñó que esas actividades también forman parte de sus obligaciones, aunque pocas veces se les haya pedido apoyo para su involucramiento.

No obstante, como suele suceder en muchos casos, es posible que los hijos y las hijas reaccionen positivamente y accedan a ayudar en la realización de todas esas labores domésticas que se desarrollan diariamente con el objetivo de que el hogar, nuestro espacio más importante en la vida, se mantenga en las mejores condiciones de limpieza, orden y armonía, lo cual derivará en la satisfacción de colaborar en una responsabilidad que es de toda la familia, así que lo mejor es que las pequeñas y los pequeños apoyen en cada una de esas actividades en la medida de sus posibilidades, en tareas acordes con su edad, con el propósito de que aprendan que su casa siempre debe estar limpia, por todos los beneficios que esto representa.

Sin embargo, también el escenario más factible es que los hijos reaccionen de una forma negativa, precisamente con la actitud de rechazar lo que pueden llegar a tomar como una imposición, como una responsabilidad que no les corresponde, lo cual hasta cierto punto podría interpretarse como "normal", debido a que nunca se les inculcó que la realización de todas las actividades que tienen que ver con la limpieza y el orden del hogar es una obligación que a todos atañe, porque todos compartimos el mismo espacio cotidianamente.

Si este escenario es el que se le presenta en el hogar, amable lector, puede tener su origen en que los hijos no aprendieron desde pequeños que los quehaceres domésticos se realizan en equipo, es decir, que se comparten entre padres y vástagos, porque todos deben colaborar en mantener limpio y ordenado cada espacio del hogar, como una forma de ayudar en tareas que no deben ser exclusivas de la madre y del padre, si finalmente todos contribuimos a ensuciar, por lo que también todos debemos colaborar para que esa suciedad no esté presente en nuestra casa, que debe ser un reflejo de lo que somos.

También, según lo refieren los especialistas en psicología, es importante que todos los hijos se involucren en las diferentes actividades relacionadas con la limpieza y el orden dentro del hogar, sobre todo, que empiecen desde muy pequeños, con tareas acordes con su edad, pues de esta manera aprenderán que esas labores les permitirán tener un ambiente libre de basura y suciedad, que llegan a ser desagradables a la vista y al olfato en determinado momento, y de esta manera desarrollarán ese sentido de la responsabilidad que llegará a convertirse, también, en un estilo de vida que adaptarán en todo lo que emprendan, dentro y fuera de su casa.

Además, si se les enseña gradualmente a preparar ciertos alimentos, con el tiempo aprenderán a hacerlo por sí mismos, con lo que se les fomentará la independencia, ya que habrá ocasiones en que la madre o el padre no estarán a su lado para ayudarles en ese aspecto, así que si asimilan ese tipo de conocimientos sabrán qué hacer en ese tipo de circunstancias.

De otra manera, si los padres (mamá y papá, ambos) hacemos todo por ellos, lo único que estaremos haciendo es crear hijos inútiles, dependientes de sus progenitores, que no sabrán por sí mismos qué hacer ni cómo resolver problemas sencillos, de ahí que debemos inculcarles el sentido de colaboración dentro del hogar y así estaremos formando seres humanos fuertes, independientes, generosos y solidarios.

Escrito en: Padres e hijos todos, hijos, actividades, responsabilidad

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