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Árbol ausente de raíces

LETRAS DURANGUEÑAS

Árbol ausente de raíces

Árbol ausente de raíces

FCO. JAVIER GUERRERO GÓMEZ

¡Despierta, soledad! La cuerda tensa que mueve el corazón se anuda, sin voluntad arrastra entre la niebla su río escarlata. Desborda el valor de no ser nadie, la duda en herrumbrosos filos barrena los sentidos, los llena de calumnias. La verdad mi espíritu querella, ante la sombra de tener luz donde se apagan otras.

El paso va renqueando, no deja un lugar a la autoestima, reconcentra en la lumbre el intelecto: desperdicio de siglos, surco vano donde se queman en silencio huesos y cráneo. Semilla no latente, árbol caduco ausente de raíz, sucia corteza cicatrizada de hachas, de iniciales, dos amantes cosechando espinas.

Soledad, el pulso pierde la vereda. Este oscuro callar. Oruga que desprecia la crisálida, capullo adormecido, páginas de pez de ocultas alas. Desespero de sed perdido en el desierto, mi instinto busca algún resquicio. En la conciencia el verbo no nacido se deslastra.

Estacionario tiempo: momentos miserables, automáticos, voces de vendavales sin historia, reflujo de intenciones, podredumbre. Lucha incapaz de desechar el lodo. Serpiente que refleja su condena, ponzoña que no mata pero avanza, ilusión de soñar en soñar nada.

Se oye un tañer, pavor metálico, que desgarrando va la voz del aire, pereza sensorial. Los ojos cierro. El horizonte en nulidad perece. Miedo de ser, de sacudir el alma, pasos en ronda de la misma huella, un camino ya andado y siempre nuevo, egoísmo fugaz, casi un suspiro, el rostro oculto entre los otros…

La noche comienza a llenar el mundo, el sueño oculto en ilusión suprema, de sembrar en esta hora cuando la luz se apaga, palabras en la almohada, pensamientos sin rombo. La tierra preparada con insomnio y con penas. Busco en lo recóndito de mi cabeza, las parábolas bíblicas con sus duras sentencias.

Así estuve por tiempos de relojes sin ritmo, esperando con ansias la secreta cosecha, hasta que en la ventana se escuchó igual que desde siempre del gallo la potencia. Escapó dando tumbos por detrás de la noche el resplandor opaco de la última estrella...

Fuera de mí, la vida crece, es esplendor. El mar acerca la tierra que imposible busco a tientas...¡Despierta soledad..!

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS ausente, soñar, siempre, noche

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