Recuerdan entrada del Ejército a UNAM en 1968
Con un festival político-musical y pintando con cal la frase "A 50 años, Ejército y Porros, "#Nuncamás. 1968, 2 de octubre, No se olvida", estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e integrantes del Comité 68 recordaron la entrada del Ejército mexicano a Ciudad Universitaria (CU) el 18 de septiembre de 1968.
En el evento realizado a un costado de la Torre de Rectoría, Rafael Rangel, integrante del Comité 68, aseguró que hace medio siglo se "violó la autonomía" de la máxima casa de estudios del país, por lo que consideró que esta fecha es un "día triste para la historia de la Universidad y de toda la educación del país, porque la bota militar pisó esta universidad".
Frente a la Biblioteca Central, cinco de los manifestantes tomaron rodillos para escribir la frase mientras gritaban "¡Fuera Porros de la UNAM!", y "¡Ni perdón, ni olvido. Castigo a los asesinos!"
Los integrantes de la "Coordinación rumbo al 2 de octubre" recordaron que antes de la entrada de los militares a CU, estos habían entrado a la Vocacional 5 y destruido la puerta de la preparatoria 1 en San Ildefonso, por lo que "fue un acto represivo que intentaba acabar con un Movimiento Estudiantil combativo que había logrado organizarse con trabajadores de amplios sectores y campesinos para cuestionar al régimen y a sus burocracias dentro de los movimientos".
Señalaron que el actual Movimiento Estudiantil que lucha contra los grupos "porriles" son "los verdaderos herederos de la generación de 1968. Hacemos un llamado al conjunto de estudiantes, trabajadores, maestros, campesinos, mujeres en todos los rincones del país a inundar las calles y a seguir organizándonos para defender la educación pública y gratuita, poner fin a la militarización del país, echar atrás el conjunto de las reformas estructurales, detener la criminalización de la juventud y la practica social genocida iniciada en 1968".
Hace 50 años, el 18 de septiembre de 1968, a las 22:00 horas, tropas y vehículos del Ejército entraron a CU para ocupar todas las instalaciones universitarias y aprehender a estudiantes, profesores, investigadores, funcionarios, empleados, e incluso, padres de familia que participaban en una asamblea.
Los detenidos, alrededor de 650, fueron conducidos a la explanada de Rectoría con las manos detrás de la cabeza y más adelante fueron subidos a vehículos del Ejército y camionetas de la policía, para trasladarlos a la cárcel de Lecumberri, a la Procuraduría del Distrito Federal y a la Jefatura de Policía, donde fueron interrogados sobre su presunta participación en el Movimiento Estudiantil.