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El estado rebasado

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JESÚS MENA VÁZQUEZ

En México, la reconstrucción del estado pasa por ejercer sus responsabilidades más elementales: ofrecer seguridad a los mexicanos en sus vidas y posesiones. En un contexto de violencia como el que vivimos, las responsabilidades del estado se extienden también a garantizar a los familiares de las víctimas un trato digno y respetuoso.

Hace unos días se dio a conocer que en Jalisco, el servicio forense, rebasado por la escalada de violencia y una Ley General de Víctimas que no permite el envío a fosas comunes de víctimas no identificadas, decidió que era una buena idea contratar un camión con caja congeladora para resguardar los cuerpos no identificados. Una sucesión desafortunada de hechos hizo que el camión quedara a la deriva, con el desprendimiento de olores que ocasionaron una denuncia y a partir de ahí se destapó el escándalo que hizo renunciar a varios funcionarios del gobierno de Jalisco y el compromiso del gobernador de ese estado de resolver el problema.

Esta historia, que hizo reaccionar al gobierno de Jalisco para dar una salida a un problema que ya tenía años de estar acumulándose sin que nadie se diera cuenta de la gravedad del asunto, y ante la incapacidad material de atender la crisis de acumulación de cadáveres por años en el servicio forense de esa entidad.

Historias como la esta, que parecen sacadas de una novela de ficción, dan cuenta de lo rebasado que está el estado mexicano ante la ola de violencia. La capacidad de respuesta, en este caso del estado de Jalisco, está en función de que los ordenamientos legales sean compatibles con la disponibilidad de recursos para dar una salida al problema de cómo disponer de cuerpos no reclamados sin romper la ley. Si la ley obliga a mantener los cuerpos en cementerios forenses para su pronta exhumación, la situación de violencia desbordó la capacidad de los servicios forenses locales de resguardarlos. Lo que no se hizo fue valorar alternativas para disponer de un espacio físico para los cadáveres o enviar una iniciativa al Congreso de la Unión para cambiar la ley y permitir la disposición final de cuerpos no reclamados después de cierto tiempo.

Problemas públicos como este seguramente se repiten en varios estados como Guerrero o Tamaulipas, que tienen altos niveles de violencia y por el momento no tenemos una idea clara de cuál es la situación de sus sistemas forenses.

La realidad sobrepasó las buenas intenciones de la Ley General de Víctimas. El número de víctimas del crimen organizado ha rebasado la capacidad del estado mexicano y de los sistemas locales de servicios forenses para atender el problema. Este es sólo uno de los muchos ejemplos en los que podemos ver que el estado mexicano incumple con sus responsabilidades más elementales. Gran reto para el gobierno que comienza el próximo primero de diciembre.

Twitter: @jesusmenav

Escrito en: Vida pública estado, rebasado, cuerpos, violencia

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