Cempasúchil, una colorida tradición
Durango figura entre los 10 estados productores de cempasúchil, la flor más común de la temporada, con la cual son adornados los altares de muertos y las tumbas. Debido a su alta demanda, estos días las calles se tiñen de sus colores amarillo anaranjado, así como de su peculiar aroma.
Si bien, las entidades con la mayor producción de esta flor son: la Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala e Hidalgo, Durango contribuye con una parte. Además, floricultores locales afirman con orgullo que el cempasúchil de esta región es de los más hermosos.
TRABAJO QUE RINDE FRUTOS
Según información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la producción de cempasúchil en Durango se desarrolló en 18 hectáreas en este 2022, tanto en la Región Laguna, como en la capital.
Después de la Ciudad de México, principal productor de la flor; en Puebla, se sembró una superficie de mil 557 hectáreas; seguida de Tlaxcala, con 118; Hidalgo, con 111; San Luis Potosí, con 79; Guerrero, con 69; Oaxaca, con 43; Morelos, con 32; Durango, con 18; y Sonora, con dos.
En el ciclo agrícola 2022 se estima una producción nacional de 27 millones plantas de flor de cempasúchil lo que equivale a 20 mil 245 toneladas.
Con estas cifras, el abasto de esta flor, nativa del país, está garantizado, con motivo de las celebraciones por el Día de Muertos.
Con una trayectoria de 30 años en el cultivo de las flores, Víctor Manuel Briseño, identifica esta temporada como la mejor del año, debido a la demanda que existe de flor de Cempasúchil.
En el Rancho Santa Teresa, la producción de cempasúchil se da en una superficie de una hectárea y media, mientras que en otras dos hectáreas hay otras variedades de flores como crisantema blanca, amarilla y rosa; esteres, bellas julias, mano de león, nube y espuela, entre otras.
El cempasúchil y otras flores de este rancho son adquiridas en el vecino estado de Sinaloa, así como en diferentes municipios de Durango, como Pueblo Nuevo, Santiago Papasquiaro, Canatlán y Poanas, entre otros.
Si bien, este año la producción tuvo una afectación del 40 por ciento, ante la abundancia de lluvias que se registró en los primeros días de septiembre, la cosecha todavía es rentable y está garantizada la venta del total de las flores.
CON MUCHA HISTORIA
"Mis abuelos y mis padres ya trabajaban con las flores; ahora soy el único de los hijos que se dedica a esto, pero me gusta tanto que no me veo haciendo otra cosa", comentó Víctor Manuel.
El cultivo de las flores es delicado, el clima influye mucho en su desarrollo, requiere de muchos cuidados y atención, pero vale la pena ver los campos llenos de sus colores.
La palabra cempasúchil viene de sempôwal, que significa 20 o muchos, y xóchitl, que quiere decir flor, según la referencia de Andrea Rodríguez, investigadora de la facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
La Sader indica que en México la celebración de los fieles difuntos data desde la época prehispánica, fecha que tiene lugar los días 1 y 2 de noviembre, pero desde que inicia octubre, se pueden ver ofrendas, pan de muerto, calaveritas de azúcar, veladoras, catrinas, papel picado y la emblemática flor de cempasúchil.
Entre los elementos representativos del día de muertos, las flores juegan un papel emblemático en estos días, simbolizan un homenaje que colocan las familias mexicanas en honor a alguna persona cercana que haya fallecido.
Por esta razón se observan en la tradicional ofrenda, altares, fachadas de los hogares y en los cementerios; mismos que permanecen abiertos, día y noche, para que las familias puedan visitar las tumbas de sus seres queridos y decorarlas con flores, veladoras, comida y otros productos.